El Gaucho by Teresa Parodi Lyrics
Hijo de algún confín de la llanura
Abierta, elemental, casi secreta
Tiraba el firme lazo que sujeta
Al firme toro de cerviz oscura
Se batió con el indio y con el godo
Murió en reyertas de baraja y taba;
Dio su vida a la patria, que ignoraba
Y así perdiendo, fue perdiendo todo
Hoy es polvo de tiempo y de planeta;
Nombres no quedan, pero el nombre dura
Fue tantos otros y hoy es una quieta
Pieza quе mueve la literatura
Fuе el matrero, el sargento y la partida
Fue el que cruzó la heroica cordillera
Fue soldado de Urquiza o de Rivera
Lo mismo da. Fue el que mató a Laprida
Dios le quedaba lejos. Profesaron
La antigua fe del hierro y del coraje
Que no consiente súplicas ni gaje
Por esa fe murieron y mataron
En los azares de la montonera
Murió por el color de una divisa;
Fue el que no pidió nada, ni siquiera
La gloria, que es estrépito y ceniza
Fue el hombre gris que, oscuro en la pausada
Penumbra del galpón, sueña y matea
Mientras en el oriente ya clarea
La luz de la desierta madrugada
Nunca dijo: soy gaucho. Fue su suerte
No imaginar la suerte de los otros
No menos ignorante que nosotros
No menos solitario, entró en la muerte
Abierta, elemental, casi secreta
Tiraba el firme lazo que sujeta
Al firme toro de cerviz oscura
Se batió con el indio y con el godo
Murió en reyertas de baraja y taba;
Dio su vida a la patria, que ignoraba
Y así perdiendo, fue perdiendo todo
Hoy es polvo de tiempo y de planeta;
Nombres no quedan, pero el nombre dura
Fue tantos otros y hoy es una quieta
Pieza quе mueve la literatura
Fuе el matrero, el sargento y la partida
Fue el que cruzó la heroica cordillera
Fue soldado de Urquiza o de Rivera
Lo mismo da. Fue el que mató a Laprida
Dios le quedaba lejos. Profesaron
La antigua fe del hierro y del coraje
Que no consiente súplicas ni gaje
Por esa fe murieron y mataron
En los azares de la montonera
Murió por el color de una divisa;
Fue el que no pidió nada, ni siquiera
La gloria, que es estrépito y ceniza
Fue el hombre gris que, oscuro en la pausada
Penumbra del galpón, sueña y matea
Mientras en el oriente ya clarea
La luz de la desierta madrugada
Nunca dijo: soy gaucho. Fue su suerte
No imaginar la suerte de los otros
No menos ignorante que nosotros
No menos solitario, entró en la muerte