El Último Organito by Roberto Goyeneche Lyrics
Las ruedas embarradas del último organito
Vendrán desde la tarde buscando el arrabal
Con un caballo flaco, un rengo y un monito
Y un coro de muchachas vestidas de percal
Con pasos apagados, elegirá la esquina
Donde se mezclen luces de luna y almacén
Para que bailen valses detrás de la hornacina
La pálida marquesa y el pálido marqués
El último organito irá de puerta en puerta
Hasta encontrar la casa de la vecina muerta
De la vecina aquella que se cansó de amar;
Y allí molerá tangos para que llore el ciego
El ciego inconsolable del verso de Carriego
Que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral
Tendrá una caja blanca, el último organito
Y el asma del otoño sacudirá su son
Y adornarán sus tablas cabezas de angelitos
Y el eco de su piano será como un adiós
Saludarán su ausencia las novias encerradas
Abriendo las persianas detrás de su canción
Y el último organito se perderá en la nada
Y el alma del suburbio se quedará sin voz
El último organito irá de puerta en puerta
Hasta encontrar la casa de la vecina muerta
De la vecina aquella que se cansó de amar;
Y allí molerá tangos para que llore el ciego
El ciego inconsolable del verso de Carriego
Que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral
Vendrán desde la tarde buscando el arrabal
Con un caballo flaco, un rengo y un monito
Y un coro de muchachas vestidas de percal
Con pasos apagados, elegirá la esquina
Donde se mezclen luces de luna y almacén
Para que bailen valses detrás de la hornacina
La pálida marquesa y el pálido marqués
El último organito irá de puerta en puerta
Hasta encontrar la casa de la vecina muerta
De la vecina aquella que se cansó de amar;
Y allí molerá tangos para que llore el ciego
El ciego inconsolable del verso de Carriego
Que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral
Tendrá una caja blanca, el último organito
Y el asma del otoño sacudirá su son
Y adornarán sus tablas cabezas de angelitos
Y el eco de su piano será como un adiós
Saludarán su ausencia las novias encerradas
Abriendo las persianas detrás de su canción
Y el último organito se perderá en la nada
Y el alma del suburbio se quedará sin voz
El último organito irá de puerta en puerta
Hasta encontrar la casa de la vecina muerta
De la vecina aquella que se cansó de amar;
Y allí molerá tangos para que llore el ciego
El ciego inconsolable del verso de Carriego
Que fuma, fuma y fuma sentado en el umbral