Discurso de toma de posesión del Presidente del Congreso 2016-2020 by Red Ciudadana Lyrics
Discurso del Presidente del Congreso Mario Taracena
Estimados ciudadanos e invitados especiales,
Es un alto honor y motivo de tremendo orgullo el dirigirme a ustedes en esta fecha tan trascendental en la joven democracia guatemalteca. No solo porque se inicia la Octava Legislatura, sino porque se cuenta con la asunción de un nuevo gobierno para un periodo político social y económico de características sumamente especiales. Como todos los ciudadanos saben los últimos meses se han caracterizado por una serie de convulsiones cívicas, en la que los guatemaltecos han reclamado como no se tenía registro en la historia reciente de una manera enfática y coherente y con fervor patrio para que el estado de cosas de nuestro país cambie de una manera drástica para propiciar un Estado de Derecho y la construcción de una verdadera democracia en la que el pueblo sea oído y sobre todo escuchado en sus legítimas demandas y aspiraciones.
Desde el inicio de la nueva primavera democrática, a partir de la nueva entrada en vigencia de la Constitución Política de la República de Guatemala del 14 de enero de 1986 una serie de gobiernos elegidos de una manera libre por el pueblo se han propuesto, así pareciera, en hacer todo lo posible para minar la confianza ciudadana en el régimen de partidos políticos y el carácter ético jurídico que un Estado libre y soberano debe poseer como condición sine qua non para el pleno ejercicio de una verdadera democracia.
En la sabiduría popular se ha concertado que un gobierno puede diseñar políticas de mayor o menor impacto, que se puede cometer errores administrativos productos de la buena fé o que hayan gobiernos apáticos que adopten un recorrido gris y sin sobresaltos. Pero lo que lo que jamás va a tolerar el pueblo es que se utilice su representación para cometer actos de “pillaje” contra los recursos financieros nacionales porque esa conducta no solo es delictuosa si no constitutiva de un crimen de lesa humanidad. Porque el aprovecharse de los recursos financieros del estado en forma horrorosa, se deja de atender las necesidades elementales de la población más vulnerable.
No está de más señalar que los recursos del estado son captados del trabajo de la mayoría de los guatemaltecos y que el pueblo con justa razón exige que sean manejados con la debida transparencia y canalizadas aquellas áreas que promueven el trabajo digno, la seguridad ciudadana, la salud y la educación, entre otras necesidades perentorias.
Por cada quetzal mal utilizado o robado por funcionarios del estado muchos guatemaltecos están sufriendo hambre, de pobreza extrema, de salud desatendida y de un futuro gris por los bajos niveles de educación nacional. Y esto debe de ser un punto de vista ético y fundamental, humano, es algo que jamás debería de pasar, la transparencia es un factor de desarrollo la opacidad jamás.
El Congreso de la República como uno de los tres pilares del Estado no es la excepción y por ser su naturaleza propia la temible expresión política del régimen representativo debería de ser un referente para la confianza ciudadana y un espejo en el cual cada uno de los guatemaltecos no importando su afiliación o simpatía política se vea fielmente representado.
Debemos ser honestos y reconocer que el Congreso durante los últimos años no ha representado precisamente ese espejo fiel para los guatemaltecos, ni un sinónimo de transparencia, ni un propiciador de trabajo, de igualdad y promotor del verdadero desarrollo del país que a gritos lo pide. Apelando a nuestro alto sentido de responsabilidad, liderazgo nosotros los congresistas nos debemos comprometer a promover un cambio radical en el estado de cosas que debe de empezar en esta casa, en esta casa que representa a todos los guatemaltecos.
Nuestro compromiso real debe ser con el país y con la sociedad, nuestro trabajo debe ser propiciar condiciones más justas para todo el pueblo y acercarnos con la solidaridad a aquel segmento de ese pueblo que se encuentra en condiciones más vulnerables y que día a día sufre la inequidad, la injusticia, el desamparo de un Estado que por mandato constitucional debe velar por una patria de todos y para todos. Como congresistas no podemos pretender cambiar la realidad social que nos rodea si nosotros mismos no hacemos el esfuerzo que además es nuestra obligación trabajar con entereza, responsabilidad y transparencia para cambiar esa imagen negativa que del organismo se tiene en la actualidad.
Se hace imperativo por lo tanto, cambiar lo que sea necesario, la Ley Orgánica del Congreso y otras medidas administrativas vigentes para que la eficiencia sea la norma y no la excepción. Modificar la Ley Orgánica es un imperativo básico si realmente queremos cambiar, debemos responder con hechos a las demandas que con toda legitimidad expresaron los ciudadanos. Es así como el transfuguismo una verdadera anomalía debe desaparecer para no seguir dañando la imagen de los partidos políticos y la fé de los guatemaltecos en la democracia representativa.
La interpelación que es un mecanismo eficiente de control de las cosas públicas, debe seguir siendo un derecho del congresista pero no… oigan… no una herramienta espuria para entorpecer la actividad del Congreso, porque eso chantaje y extorsión.
El libre acceso a la información debe dejar de ser una simple norma escrita y pasar a ser una realidad en la verdadera auditoría social al servicio de la ciudadanía y de la prensa nacional.
El esfuerzo debe ser conjunto y en él se debe involucrar con pasión y responsabilidad a los trabajadores del Congreso para que la eficiencia alcance todos los niveles, se respetarán los derechos pero también se frenarán los excesos. Cada plaza pagada deberá tener como contrapartida un producto generado.
Para beneficio del país y la paz social debemos procurar trabajar en armonía y responsabilidad con los organismos ejecutivo y judicial, respetando el campo de la jurisdicción que la constitución establece para cada uno sin que ello signifique someterse a la preferencia de cualquiera de ellos y sin que se renuncie al papel de seguimiento de las políticas públicas que la propia constitución impone.
En lo personal en este momento me comprometo a dedicar todo mi esfuerzo y experiencia para que la responsabilidad, la calidad y el trabajo y la transparencia en todas las actuaciones sean el norte de mi proceder y como político que estoy dispuesto a asumir la sanción del pueblo, si fallo que me lo señalen, lo acepto. Me comprometo además a dedicar mi energía, para edificar el papel de la mujer en el esfuerzo de construir una sanción incluyente y justa. Es inaudito que en esta legislatura que hoy se inicia la participación de la mujer como legisladora sea el nivel más bajo en nuestra historia legislativa reciente eso no debe ser así porque es una llaga en la conciencia social. por lo que canalizaré mis esfuerzos para que en la futura legislatura haya un participación paritaria de hombres y de mujeres, se necesita el pueblo lo exige.
Coherente además con las demandas populares desde ya ofrezco una colaboración estrecha en leyes y esfuerzos presupuestarios para que el sistema de justicia enfrente el reto actual en la lucha contra la corrupción y la impunidad con las mejores herramientas. No debe existir más juzgadores y fiscales que trabajen con estrechez, si queremos ser coherentes exigir justicia clara, pero con apoyo pleno este Congreso tiene que ayudar y respaldar a la justicia. Dado el momento histórico Guatemala necesita que hoy más que nunca todos nos fundamos en un trabajo dinámico y constante para que de una vez por todas encontramos encontremos nuestro verdadero proyecto de nación y empecemos a recorrer ese camino con fé y optimismo. Guatemala, repito, lo necesita, y nosotros debemos asumir ese reto.
A Mis colegas diputados, les solicito ser comprensivos con la ardua tarea que enfrentaremos a partir de hoy para cumplir con las demandas que el pueblo solicita y responder de esa manera a la transformación que el pueblo ha exigido en las calles y plazas.
Con fé en Guatemala y siempre en trabajo constructivo y transparente,
Muchas gracias,
Dios los bendiga.
Estimados ciudadanos e invitados especiales,
Es un alto honor y motivo de tremendo orgullo el dirigirme a ustedes en esta fecha tan trascendental en la joven democracia guatemalteca. No solo porque se inicia la Octava Legislatura, sino porque se cuenta con la asunción de un nuevo gobierno para un periodo político social y económico de características sumamente especiales. Como todos los ciudadanos saben los últimos meses se han caracterizado por una serie de convulsiones cívicas, en la que los guatemaltecos han reclamado como no se tenía registro en la historia reciente de una manera enfática y coherente y con fervor patrio para que el estado de cosas de nuestro país cambie de una manera drástica para propiciar un Estado de Derecho y la construcción de una verdadera democracia en la que el pueblo sea oído y sobre todo escuchado en sus legítimas demandas y aspiraciones.
Desde el inicio de la nueva primavera democrática, a partir de la nueva entrada en vigencia de la Constitución Política de la República de Guatemala del 14 de enero de 1986 una serie de gobiernos elegidos de una manera libre por el pueblo se han propuesto, así pareciera, en hacer todo lo posible para minar la confianza ciudadana en el régimen de partidos políticos y el carácter ético jurídico que un Estado libre y soberano debe poseer como condición sine qua non para el pleno ejercicio de una verdadera democracia.
En la sabiduría popular se ha concertado que un gobierno puede diseñar políticas de mayor o menor impacto, que se puede cometer errores administrativos productos de la buena fé o que hayan gobiernos apáticos que adopten un recorrido gris y sin sobresaltos. Pero lo que lo que jamás va a tolerar el pueblo es que se utilice su representación para cometer actos de “pillaje” contra los recursos financieros nacionales porque esa conducta no solo es delictuosa si no constitutiva de un crimen de lesa humanidad. Porque el aprovecharse de los recursos financieros del estado en forma horrorosa, se deja de atender las necesidades elementales de la población más vulnerable.
No está de más señalar que los recursos del estado son captados del trabajo de la mayoría de los guatemaltecos y que el pueblo con justa razón exige que sean manejados con la debida transparencia y canalizadas aquellas áreas que promueven el trabajo digno, la seguridad ciudadana, la salud y la educación, entre otras necesidades perentorias.
Por cada quetzal mal utilizado o robado por funcionarios del estado muchos guatemaltecos están sufriendo hambre, de pobreza extrema, de salud desatendida y de un futuro gris por los bajos niveles de educación nacional. Y esto debe de ser un punto de vista ético y fundamental, humano, es algo que jamás debería de pasar, la transparencia es un factor de desarrollo la opacidad jamás.
El Congreso de la República como uno de los tres pilares del Estado no es la excepción y por ser su naturaleza propia la temible expresión política del régimen representativo debería de ser un referente para la confianza ciudadana y un espejo en el cual cada uno de los guatemaltecos no importando su afiliación o simpatía política se vea fielmente representado.
Debemos ser honestos y reconocer que el Congreso durante los últimos años no ha representado precisamente ese espejo fiel para los guatemaltecos, ni un sinónimo de transparencia, ni un propiciador de trabajo, de igualdad y promotor del verdadero desarrollo del país que a gritos lo pide. Apelando a nuestro alto sentido de responsabilidad, liderazgo nosotros los congresistas nos debemos comprometer a promover un cambio radical en el estado de cosas que debe de empezar en esta casa, en esta casa que representa a todos los guatemaltecos.
Nuestro compromiso real debe ser con el país y con la sociedad, nuestro trabajo debe ser propiciar condiciones más justas para todo el pueblo y acercarnos con la solidaridad a aquel segmento de ese pueblo que se encuentra en condiciones más vulnerables y que día a día sufre la inequidad, la injusticia, el desamparo de un Estado que por mandato constitucional debe velar por una patria de todos y para todos. Como congresistas no podemos pretender cambiar la realidad social que nos rodea si nosotros mismos no hacemos el esfuerzo que además es nuestra obligación trabajar con entereza, responsabilidad y transparencia para cambiar esa imagen negativa que del organismo se tiene en la actualidad.
Se hace imperativo por lo tanto, cambiar lo que sea necesario, la Ley Orgánica del Congreso y otras medidas administrativas vigentes para que la eficiencia sea la norma y no la excepción. Modificar la Ley Orgánica es un imperativo básico si realmente queremos cambiar, debemos responder con hechos a las demandas que con toda legitimidad expresaron los ciudadanos. Es así como el transfuguismo una verdadera anomalía debe desaparecer para no seguir dañando la imagen de los partidos políticos y la fé de los guatemaltecos en la democracia representativa.
La interpelación que es un mecanismo eficiente de control de las cosas públicas, debe seguir siendo un derecho del congresista pero no… oigan… no una herramienta espuria para entorpecer la actividad del Congreso, porque eso chantaje y extorsión.
El libre acceso a la información debe dejar de ser una simple norma escrita y pasar a ser una realidad en la verdadera auditoría social al servicio de la ciudadanía y de la prensa nacional.
El esfuerzo debe ser conjunto y en él se debe involucrar con pasión y responsabilidad a los trabajadores del Congreso para que la eficiencia alcance todos los niveles, se respetarán los derechos pero también se frenarán los excesos. Cada plaza pagada deberá tener como contrapartida un producto generado.
Para beneficio del país y la paz social debemos procurar trabajar en armonía y responsabilidad con los organismos ejecutivo y judicial, respetando el campo de la jurisdicción que la constitución establece para cada uno sin que ello signifique someterse a la preferencia de cualquiera de ellos y sin que se renuncie al papel de seguimiento de las políticas públicas que la propia constitución impone.
En lo personal en este momento me comprometo a dedicar todo mi esfuerzo y experiencia para que la responsabilidad, la calidad y el trabajo y la transparencia en todas las actuaciones sean el norte de mi proceder y como político que estoy dispuesto a asumir la sanción del pueblo, si fallo que me lo señalen, lo acepto. Me comprometo además a dedicar mi energía, para edificar el papel de la mujer en el esfuerzo de construir una sanción incluyente y justa. Es inaudito que en esta legislatura que hoy se inicia la participación de la mujer como legisladora sea el nivel más bajo en nuestra historia legislativa reciente eso no debe ser así porque es una llaga en la conciencia social. por lo que canalizaré mis esfuerzos para que en la futura legislatura haya un participación paritaria de hombres y de mujeres, se necesita el pueblo lo exige.
Coherente además con las demandas populares desde ya ofrezco una colaboración estrecha en leyes y esfuerzos presupuestarios para que el sistema de justicia enfrente el reto actual en la lucha contra la corrupción y la impunidad con las mejores herramientas. No debe existir más juzgadores y fiscales que trabajen con estrechez, si queremos ser coherentes exigir justicia clara, pero con apoyo pleno este Congreso tiene que ayudar y respaldar a la justicia. Dado el momento histórico Guatemala necesita que hoy más que nunca todos nos fundamos en un trabajo dinámico y constante para que de una vez por todas encontramos encontremos nuestro verdadero proyecto de nación y empecemos a recorrer ese camino con fé y optimismo. Guatemala, repito, lo necesita, y nosotros debemos asumir ese reto.
A Mis colegas diputados, les solicito ser comprensivos con la ardua tarea que enfrentaremos a partir de hoy para cumplir con las demandas que el pueblo solicita y responder de esa manera a la transformación que el pueblo ha exigido en las calles y plazas.
Con fé en Guatemala y siempre en trabajo constructivo y transparente,
Muchas gracias,
Dios los bendiga.