Connections serie de televisión 6 Echoes of the past español by James Burke Lyrics
RELACIONES 2 por James Burke A lo largo de historia las personas han buscado el secreto del universo, usted sabe, la explicación final: ¿De dónde viene todo? ¿Qué mantiene todo funcionando? Todo eso. Y algunas veces, en el pasado, contribuyeron mucho más de lo que pensaron que lo hacían en el momento. Por ejemplo, ¿como lo hicieron la antigua ceremonia medieval budista zen del té y la obsesión de los arquitectos renacentistas de la Florencia del Siglo 15 por los números mágicos? Ambos se juntan en el mundo moderno para ayudarnos a romper el secreto del cosmos y hacer posible que oigamos... ECOS DEL PASADO En el Siglo 17, cuando los primeros comerciantes holandeses llegaron aquí, encontraron a todos los habitantes, todo el mundo del emperador para abajo, holgazaneando bebiendo té. Bueno, no sólo bebiendo té, bebiendo té y al mismo tiempo haciendo preguntas como "¿cuál es el sonido de una sola mano batiendo palmas?" La ceremonia budista zen del té se supone que ayuda a alcanzar la infinita unidad y la comprensión universal. Y de cómo tomaba uno el té se supone que dependía estar en la disposición mental correcta. Así que era un acto ritual cuyos mínimos detalles estaban exactamente prescriptos. Usted tenía que poner la taza así, sostenerla y revolverla así, beber con calma apreciación sorbiendo dos veces así. Después de un número de movimientos rituales y frases la ceremonia finalizaba tan formalmente como había comenzado. La posición final de la taza era exacta. Luego con sus manos colocadas justo así, era el momento de expresar el despertar final con una larga mirada y un siseo suave... ...así. Espero que esta versión abreviada de la ceremonia de té budista zen medieval le baste, porque la real duraba más de cuatro horas. Bueno, como fuere, esos personajes holandeses marineros que dije que vinieron aquí contemplaron toda esa armonía pureza, reverencia y tranquilidad y se dieron cuenta de que lo que estaban buscando eran montones de ganancia. Porque mientras aquí en el extremo Oriente el té se tomaba como medicina para cada dolencia conocida, de regreso a casa en Holanda era justo lo que la nueva clase media holandesa necesitaba para llenar sus tardes. Entonces, como vemos, es un mito eso de que nosotros los ingleses iniciamos eso de tomar té. Los holandeses lo hacían 50 años antes que nosotros. Pero para todos los importadores europeos de té a todo lo largo del resto del Siglo 17 doquiera que estuvieran en Europa, lo que ponía absolutamente fuera de sí a sus clientes no era el té. Era la taza: La porcelana. Las personas se volvieron chifladas por ella. Reyes y príncipes construyeron cuartos especiales para alojar sus colecciones. Los piratas atacaban barcos mercantes para robarse sus colecciones de porcelana. Así que puede usted adivinar cuán valiosa era. Y sobre cómo se fabricaba la porcelana sus inventores chinos quedaron, por no decir más, inescrutables- lo que, supongo, ayudó a hacer las fortunas de este pequeño pueblo holandés, hogar de una de las más famosas falsificaciones de la historia. Se llama Delft, y es realmente muy lindo. Delft era uno de los puertos a los que arribaban los comerciantes del Siglo 17 al volver del extremo Oriente. Por eso un montón de esos valiosos cargamentos de porcelana terminaban vendiéndose aquí en estas tiendas- no suficiente porcelana, sin embargo, como dije, para satisfacer la locura instantánea por ella. Y ahí es donde entra la famosa falsificación. Usted probablemente posee alguna. Se la llamó Delftware. Porque el precio del material verdadero subió tanto que los alfareros de Delft aparecieron con una imitación tan buena que sólo un chino habría notado la diferencia, y no había muchos cerca. Por el Siglo 18 Delft había arrinconado bastante todo el mercado europeo de la cerámica. Algunas de las falsificaciones de Delft eran tan valiosas que si usted rompía un pedazo debía repararlo a alto costo, medio con el que un alfarero inglés llamado Wedgwood se ganaba muy bien la vida, hasta que hizo suficiente dinero reparando Delftware para establecerse por su cuenta. Y cuando lo hizo, su material se parecía a esto: Queensware, lo llamó. Tenía buen ojo para la publicidad. En 1765 envió un juego de té a la familia real. Les gustó, así que todos sus anuncios decían: "Si la reina la usa, usted también debería". Este truco lo hizo rico. Pero comparado con el de Delft vean cómo difiere el estilo Wedgwood: Simple. Esto y las cosas más caras con que él compitió estaban tan lejos de los chinos como usted puede imaginar. Se supone que el trabajo de Wedgwood le recordó a la elegancia de la antigua Grecia o Roma. Porque para ese momento todo el mundo había abandonado las cosas chinas y estaba metidos profundamente en la nueva moda pasajera llamada neoclasicismo. Y cuando digo profundamente, como siempre, lo digo en en más de un sentido. Veamos, los italianos acababan de descubrir las ciudades romanas enterradas de Pompeya y Herculano para general estupefacción y asombro. Así que por los 1730s se había vuelto parte de la educación de todo joven aristócrata pudiente hacer por la antigua Roma y las ruinas clásicas en general una especie de viaje de buitre cultural alrededor de los sitios, llamado el Grand Tour. Y, claro está, como hacen los turistas, estos aristos levantaban todo recuerdo raro y toda chuchería que hallaran por el camino: Estatuas, columnas, templos, floreros monumentales, frisos, basílicas, usted sabe, chucherías de recuerdo. Las colecciones fueron rapiñadas de modos que hoy llevan a prisión, colecciones tan grandes que tuvimos que inventar museos para guardarlas. La colección más conocida de su tiempo era la de sir William Hamilton, el tipo cuya esposa, Emma, se escapó con Lord Nelson. Tenía docenas de invalorables vasos antiguos que había adquirido. Y de ellos fue de donde Wedgwood sacó sus ideas de diseño, los vasos de Hamilton. Pero lo que realmente trajo a los turistas en tropel a Italia fue esto- bueno, no realmente eso: Esto. ¿Lo ve? Un artista veneciano llamado Piranesi hizo estos. Él vio tanto revuelo con la nueva arqueología y el desmoronamiento clásico general que produjo en serie docenas de vistas de Roma. Éstas inspiraron a un arquitecto de visita llamado Robert Adam, que prontamente tomó el neoclasicismo, volvió a Gran Bretaña y convirtió las casas de campo en algo más parecido a Olympus que a Oxfordshire. Pero entre toda esta decoración griega y romana, por sobre los cielorrasos, paredes y chimeneas de Adam- y dondequiera que lo pudieran poner- hay algo más que copió de Piranesi, algo más que Piranesi había visto en Roma: Los símbolos egipcios adoptados por los francmasones que se convirtieron en el nuevo delirio en tumbas. Pero toda la locura egipcia subió de nivel cuando el francmasón más conocido de Francia- llamado Napoleón- decidió invadir Egipto y, de paso, removió grandes montones de esto, gracias en particular al equipo de científicos que envió para escoger exactamente qué trozos robar, porque ellos, después, escribieron un libro gigante sobre eso que todo el mundo leyó, empezando así la egiptología y todo eso. Y algo que nos pone más cerca del secreto del universo, ¿recuerda? Porque uno de los científicos de Napoleón llamado Fourier, sufrió tanto el clima egipcio que cuando volvió a casa se convirtió en experto en calor. "¿Cómo fluye el calor, por ejemplo? "¿Cómo se calientan las cosas? "Y cuando las cosas se enfrían, ¿dónde va el calor? "¿Y por qué hace más calor cuanto más profundo se cava?" Él dedujo de sus cifras que eones atrás tuvo que haber calor tropical por todo la tierra antigua. Alguien cavó profundo. Seguro, halló palmeras fósiles bajo lugares como París. De modo que la Tierra, como todo, se enfría. Bueno, en 1851, la gente sabía que el calor era moléculas en movimiento. Y en Escocia, un tipo llamado Kelvin decidió darle un vistazo cuidadoso al proceso de enfriamiento. Según Kelvin, lo más fresco a lo que se podía llegar- en una escala de temperatura que él inventó llamada escala Kelvin- sería cuando estuviera tan frío que todas las moléculas se detuvieran. Eso, descubrió Kelvin, sería a -273 grados centígrados. Así que allí estableció el cero de su escala, lo más frío posible: Cero grados Kelvin. Básicamente, Kelvin escribió la segunda ley de la termodinámica, según la cual cualquier cosa aislada sin ninguna entrada de calor se enfría y queda fría, como ese túnel bajo el hielo- o el universo... o el té. Bien, recuerde el té frío, porque regresaré a él. Mientras tanto, vamos a alguna parte más caliente, a otro lugar que ya mencioné al principio del programa: Florencia. ¿Recuerda que dije al comienzo que la armonía universal fue buscada por los bebedores orientales medievales de té y los arquitectos renacentistas florentinos? ¿Usted sabe qué forma tomó la búsqueda florentina de la armonía? Lo está viendo. La armonía de la naturaleza como se reproducía en la arquitectura florentina del Siglo 15: La Iglesia de Santa María Novella hecha por un tipo llamado Alberti con exactitud matemática. La fachada es un cuadrado exacto. Este tramo aquí es precisamente igual a la mitad de este tramo aquí. Cada mitad de esta parte es un cuarto de esta parte. La altura de la puerta principal es una vez y media su ancho. Y eso es sólo la mitad. Como usted probablemente adivinó Alberti y la mayoría de los intelectuales renacentistas eran locos por los números. Pensaban que había una magia especial en los números que les daría el secreto del universo y todo eso. Por ende no es sorprendente que Alberti también escribiera un libro de códigos para la industria en crecimiento en ese tiempo: El espionaje. Con naciones nuevas estableciéndose todos los días la Europa de los Siglos 16 y 17 estaba repleta de embajadas, repleta de personas que decían "¿Quién, yo? "Soy simplemente un agregado comercial" y todos ellos escribiendo informes secretos en tinta invisible y en código sólo para sus ojos. En 1585, un criptógrafo francés llamado Vigenère quién era un fan de Alberti, había producido un código que decía que nadie podía romper, un código que a ningún espía le podía faltar- o, como debió resultar 300 años más tarde, a ningún ejército. Casi 300 años más tarde el código Vigenère aún estaba en uso en el lado confederado en la Guerra Civil americana. Así es como trabajaba. Primero se dibujan montones de cuadrados como estos, con las letras del alfabeto a lo largo de la parte superior y al costado. Luego se llenan así: La segunda fila, "B" hasta "Z", luego "A"; La tercera fila, "C" hasta "Z", luego "A-B"; Y así hasta rellenar todo. Luego usted y sus espías acuerdan una palabra clave especial de codificación. Digamos Booth. Ahora para el mensaje. Digamos que empieza con Lincoln, usted la escribe debajo de la palabra clave Booth repetida tanto como haga falta. Para codificar el mensaje usted comienza yendo a la primera letra del mensaje "L", por arriba, luego baja a la primera letra clave, "B". De acuerdo, haga eso otra vez. La siguiente letra del mensaje, "I", la letra clave, "O", la letra en código, "W". De acuerdo, tenemos un mensaje Vigenère en código. Y ahora a descifrarlo. Usted sabe que la palabra clave es Booth. Entonces a lo largo de la parte superior hasta encontrar la primera letra de la palabra clave, "B", baje hasta la primera letra del código, "M", y descifre "L", la segunda letra clave, "O", baja hasta la segunda letra en código, "W", y vuelta a descifrar, "I" y así hasta completar el mensaje secreto. Usted ahora ha descifrado "L-I-N-C-O-L-N-D-E-A-D". "Lincoln muerto". Si John Wilkes Booth se hubiera escapado después de que asesinó a Abraham Lincoln, probablemente hubiera enviado un mensaje parecido a este usando el código Vigenère que encontraron en su cuarto de hotel cuando lo registraron después de que lo atraparon. Los jefes espías sureños de Booth usaron el código Vigenère durante toda la Guerra civil, la que perdieron en parte porque el Norte rompió el código- y en parte porque con o sin un código, no podían alimentar a sus ejércitos, y el Norte sí podía. Estas tropas del norte tuvieron todo el pan que podían comer porque el gobierno federal había repartido tierras de labrantío gratis para animar a los inmigrantes europeos a que bajaran de los barcos, se mudaran al medio Oeste, y cultivaran maíz. Así lo hicieron y convirtieron a América en el más grande productor de grano del mundo, todo el pan que un ejército posiblemente podría querer comer nunca. En 1865, cuando la guerra acabó ¿qué hicieron con todo ese exceso de producción de granos? Bien, afortunadamente había una Europa que alimentar. Así que al fin, allá es donde la mayor parte terminó yendo, lo que hace avanzar un paso más a mi historia hacia el secreto del universo, hacia el que nos dirigimos, recuerden, gracias a esta época de envíos. Fue la ingeniería de los trasportadores de grano americano la que hizo posible barcos más y más grandes que culminaron en los gigantescos transatlánticos de línea de los 1920s equipados con todo el lujo conocido y lo último en alta tecnología barco-a-tierra: Un radioteléfono. Una llamada transatlántica de tres minutos costaba virtualmente nada- unos pocos miles de dólares. Ahora los súper ricos podían permanecer en contacto con sus asesores financieros- bueno, tal vez. Porque el único problema con eso era el siseo. En 1930 la gente de Bell Telephone puso a un ingeniero llamado Jansky a trabajar en el problema. Solía haber estática. Generalmente de las tormentas y los autos y cosas así. Pero en este caso, había más que eso. La estática era muy constante. Bueno, no le tomó mucho a Jansky erigir una antena y descubrir de dónde venía el siseo. No de las tormentas ni de los coches... de allá arriba. Y lo más extraño era que la fuente de la estática derivaba a través del cielo en exactamente igual frecuencia a exactamente la misma tasa todos los días. Y lo seguía haciendo cuatro minutos más tarde todos los días. El asistente de Jansky era astrónomo, y le dijo que eran las estrellas las que lo hacían. A causa de la órbita de la tierra, las estrellas parecen viajar a través del cielo cuatro minutos más tarde todos los días. Cielo santo. Era estática extraterrestre. Jansky publicó; Recibió una carta de un observador del cielo amateur llamado Reber de Illinois que hizo una antena con alambre de gallineros y obtuvo esto: La fuente del siseo, la Vía Láctea entera. La primera radiofoto del firmamento producida por alguien en su patio trasero disparó toda la radioastronomía moderna. En 1965, dos científicos americanos juntaron todo cuando encontraron estática viniendo de todas partes del universo. Ahora, el calor genera estática, así que analizaron el nivel de calor de la estática y encontraron que era un eco extraordinario del pasado antiguo, porque se vio que el universo de hoy tenía una temperatura global de sólo tres grados Kelvin. ¿Recuerda la escala Kelvin? En otras palabras, el cosmos estaba sólo tres grados por encima del cero absoluto. Esa es la temperatura que el universo entero debería tener si hubiera empezado a enfriarse después de una gran explosión caliente 15 mil millones de años atrás. Aquí lo tiene, el secreto del universo. No tan mal para los bebedores de té budistas zen y los florentino locos de los números, ¿eh? Lo que deja sólo una pregunta: "¿Cuál es el sonido... de una sola mano batiendo palmas?"