12 - Hot Pickle by James Burke Lyrics
Este es el mercado de especias de Estambul
y la razón por la que estoy aquí es
porque este es otro cuento
acerca de la variedad extraordinaria
que presenta la historia
y la forma en que va.
Y, como sabemos,
la variedad es la sal de la vida,
o, en este caso, de la muerte,
porque esta historia particular
busca la forma
de cómo se inició
una serie de guerras
porque allá por la Edad Media
las personas cometían asesinato
por apoderarse de cualquier cosa
que les volara la cabeza.
Hablo de especias, por supuesto.
Cosas explosivas, como esta.
"PICKLE PICANTE"
Cada año
los turcos conmemoran 1453,
cuando tomaron a Estambul
de los cristianos
y clausuraron
el gran agujero
donde los cruzados, en su camino
a Oriente Medio,
pasaban la noche
para divertirse un poco.
Y si usted era un caballero
con una o dos noches libres,
entonces esta ciudad era el lugar
para un poco de sofisticación,
Y por eso, mientras saboreaban
estos deleites locales,
algunos de esos cruzados
desarrollaron otros gustos aquí.
Hablo de la comida,
porque una vez que habían saboreado
una innovación asombrosa,
las llamadas especias,
la comida de casa nunca
volvió a ser lo mismo.
La moda instantánea
que se extendió por toda Europa
de las especias de Oriente que
usted podía comprar aquí
impulsó el equivalente medieval
de los cárteles y guerras de droga de hoy,
porque usted sabe cómo cambia
el precio de una droga
desde que deja a un productor
hasta que llega a la calle.
Bien, lo mismo ocurría
con la pimienta,
la canela y el jengibre medievales,
sólo para Columbia,
léase el sudeste de Asia,
que es donde arribaban
las especias medievales.
Así que esa toma turca aquí en 1453
le cortó a Europa
el suministro de especias...
la causa real del comienzo
del colonialismo occidental,
porque uno tras otro,
holandeses, españoles, franceses,
portugueses e ingleses
marcharon hacia el Oriente
para conseguir sus propias especias
en lugar de negociar a través
de los nuevos intermediarios turcos.
Porque para ese tiempo
en que el consumidor europeo
tomaba las especias y hierbas del Oriente
con todo el abandono
de un alcohólico en una cervecería,
estábamos enganchados.
Y usted sabe lo que dicen
acerca de los adictos:
quieren que todo el mundo lo sea,
que finalmente fue lo
que sucedió.
Pero para entonces, la razón
ya no era la pimienta.
Era el té.
A finales de 1800
nosotros los británicos estábamos importando,
oh, 18 millones de libras al año,
en su mayor parte de China.
Se inventó
la gran hora británica del té,
dejando sólo el asunto sin importancia
de cómo obtener el dinero
para pagar las
18 millones de libras de té.
La solución: las drogas.
Pero esta vez, drogas reales
de las amapolas de la India
que era lo que había en ese momento.
Todo lo que se necesitaba era un mercado para ellas.
Bueno, dado que estábamos intentando
encontrar dinero para comprar té de China,
qué sorpresa tan irónica,
China estaba ya llena
de guaridas ilegales de opio.
Así que ahí estaban todos esos adictos para abastecer,
y pagando nuestro té
con su hábito desafortunado,
estos tipos solucionarán
el problema de la balanza de pagos británica,
porque estábamos sin efectivo
gracias a que gastamos
todas nuestras reservas de oro
en una guerra
contra Napoleón.
¿Y los adictos?
Bajas colaterales económicas, ¿no?
Así que ahora tenemos todas estas provechosas
guaridas de opio llenas de humo,
haciéndonos montones de dinero precioso,
el truco es mantener
a toda la estafa funcionando.
y para hacer eso,
tenemos que estar seguros
que podemos mantener
abierta la ruta comercial de China,
y para eso
necesitamos una cosa más.
Le daré una pista.
Cantinero, ¿puede servir
otra ronda, por favor?
Gracias.
De acuerdo, he aquí otra pista.
La tiene a la vista.
Esto.
Este es el famoso Long Bar
en el hotel
llamado como el hombre que nos trajo
esta otra cosa.
Allí está.
Él fue uno de los pocos
burócratas imperiales británicos
del siglo 19
que se tomó la molestia
de aprender el dialecto local.
Vivía como un lugareño,
vestía como un lugareño.
Hasta comía como un lugareño.
Extraordinario,
pero pareció funcionar.
Después de algunos años aquí
en el Oriente
había hecho
tan buena reputación
que Londres le pidió que tome Java
de los holandeses, así que lo hizo.
Se convirtió en teniente gobernador.
Y en su camino a Java
recibió
un informe detallado sobre
un basurero sucio y abandonado
que pertenecía a algún sultán local.
Así que a cambio de armas
y, qué más, un poco de opio,
nos consiguió un arrendamiento a largo plazo
del lugar,
que iba a ser perfecto
para conservar un ojo
en el cercano Estrecho de Malasia
a través del cual pasaba
nuestro comercio con China,
manteniendo por consiguiente todo
el negocio del té-por-opio
bien y seguro.
¿Oh, quién es nuestro héroe?
Sir Stamford Raffles.
¿y el basurero sucio y abandonado
que alquiló por opio?
Bueno, está un poquito cambiado desde entonces.
Es Singapur.
Entretanto,
Raffles y la selva de Java,
donde él pasaba la mayor parte de su tiempo
como teniente gobernador
administrando la iluminada
justicia británica
y agarrando el oro,
los diamantes, el café, la teca, la pimienta,
la seda, el té, el azúcar, el estaño, y el opio
que los lugareños parecían
no necesitar mucho.
Sin mencionar lo otro
que enloquecía a Raffles:
la naturaleza en cualquier modo o forma
que se presentara
doquiera que él estuviera.
Si se movía, él lo desecaba, lo rellenaba
o lo embotellaba.
En un solo viaje por la selva,
30 toneladas de eso.
Usted nómbrelo,
Raffles lo coleccionaba.
Y bastante más
que usted no puede nombrar.
Supongo que era como
la mayoría de los tipos coloniales.
Quería llevar
todas estas cosas exóticas
de regreso a casa en Inglaterra
y clasificarlas.
Y todo porque en 1802
como todos los demás a la sazón
había sido animado hacia la naturaleza
por un vicario inglés
por otro lado completamente olvidable
llamado William Paley,
que vivía en el medio de ninguna parte
al norte de Inglaterra
y que había tenido uno
de esos pensamientos felices
que se volvió un cliché instantáneo.
Él dijo, "un reloj de pulsera no ocurre
por accidente.
"Tiene un propósito,
montones de partes operando conjuntamente
"diseñadas para hacerlo.
"Lo mismo con la naturaleza:
"montones de partes operando conjuntamente,
diseñadas para hacerlo
por el gran diseñador en el cielo".
Este acercamiento científico de Paley
a la religión y la creación y todo eso
tuvo un éxito muy grande.
Él desarmó la naturaleza
como usted lo haría con un reloj de pulsera,
buscando el propósito de Dios
en el diseño.
Así que las patas con membranas
encajaban en un ave acuática.
Un ala grande para vuelos largos
y un cuello largo para alimentarse de abajo,
con un pico plano
para excavar comida de plantas acuáticas.
Cuando usted junta
todas esas partes construidas especialmente
usted obtiene el único diseño
que puede corresponder a este animal:
un cisne.
Entonces personas como Raffles paseaban
buscando especímenes
de este mundo de diseñador
de que hablaba Paley
y luego los coleccionaban
a todos conjuntamente
en versiones en pequeña escala
de plan grandioso de Dios.
Modernas arcas de Noé, si usted quiere.
Los llamamos zoológicos.
Así empezaron los zoológicos.
En este caso, uno de los primeros,
el London Zoo,
establecido con el solo propósito
de obtener una mirada cercana
a la naturaleza
bajo condiciones controladas
y estudiar el plan de Dios
y también, en este caso,
dar un lugar donde Raffles
pudiera ubicar su colección
cuando se retirase de su trabajo en Java
y regresara a Inglaterra en 1824.
Tres años después,
se abrieron las puertas-
sólo para miembros, por supuesto-
de la London Zoological Society,
o arca de Noé
con Raffles como su presidente
gracias a un camarada influyente suyo
un muy respetado
científico británico llamado Davy,
cuya sola contribución
a la zoología hasta ese momento
había sido hacer la vida
del canario uno poco más fácil.
Vea, en aquel entonces,
la única forma que un minero tenía de saber
cuando había peligroso
metano alrededor de él en la mina
era cuando el canario
que llevaba en una jaula
caía de su percha.
¿Una mejor forma?
Davy encontró
que el metano necesitaba
una alta temperatura
para hacerle explotar
así que básicamente diseñó una lámpara
que se mantenía fría.
Usted obtenía toda la luz que necesitaba
de la mecha ardiente,
pero él la rodeó
con una tela metálica fina
que contenía
el calor de la llama
y conservaba la temperatura
exterior de la lámpara baja
bajo la marca que haría
estallar el metano.
Probaron este diseño en dos
de las minas explosivas más peligrosas
de Inglaterra, y funcionó.
Y como Davy era ya
Sir Humphry Davy,
con medallas de Napoleón y
miembro de la Royal society,
nadie tomó en cuenta a
un don nadie que diseñaba minas
llamado Stephenson,
que dijo que había inventado una lámpara
tan buena como la de Davy.
Los financistas de Stephenson
estaban tan molestos
que le dieron
un premio de consolación de £ 1000,
afortunadamente para quienquiera
que guste de viajar en trenes.
Ese don nadie ingeniero de minas
los hizo posibles.
¿Usted recuerda la forma en que los británicos
manipulamos el comercio de opio al Oriente
para hacer bastante dinero
para pagar el té
y luego nos sobró bastante
para financiar la guerra
que estábamos peleando contra Napoleón?
Bueno, uno de las otras cosas
que esa guerra hizo
fue disparar tasas de inflación
realmente altas.
De modo que los mineros ingleses estaban desesperados
por una forma más barata
de transportar su carbón
que la tirada por caballos,
porque el precio de pienso del caballo
había subido como un cohete,
y lo que ese desconocido
ingeniero que mencioné,
George Stephenson, inventó fue lo
que solucionó el problema.
Titular de primera página.
"Rocket" es el nombre que le dió Stephenson
a su nueva máquina maravilla
que transportaría carbón
y cambiaría al mundo.
Le llamamos locomotora.
Para obtener la mayor presión de vapor posible
de la caldera
la transformó en
una serie de tuberías
para recoger el máximo calor del fuego
y producir más vapor
para conducir los pistones
en los cilindros,
angulados de modo que se acoplarían directamente
a manivelas en las ruedas.
"El 8 de octubre de 1829",
dice aquí,
"en Rainhill en la nueva
línea Manchester-Liverpool,
miles vinieron para
la gran carrera de máquinas de vapor".
Estaban viendo
cuatro locomotoras competidoras
por el premio serio
que en dinero de hoy
sería medio millón de dólares.
Bueno, la "Rocket" de George Stephenson
ganó sin problemas.
Interesantemente,
este artículo no menciona
lo que sucedió con el tipo
que diseñó la locomotora
que llegó última.
Él dejó los ferrocarriles,
se fue de Inglaterra, fue a Nueva York.
Su nombre era John Ericsson,
y cuando comenzó la guerra civil
en 1861, escribió a Lincoln,
diciéndole que él sabía que Lincoln quería
bloquear los puertos sureños
para detener la exportación sureña
de algodón con que pagaban la guerra
y que él, Ericsson, podría diseñar
el tipo de barco
que podía hacer eso.
Tendría
una torreta giratoria encima.
Iría tan poco por encima del agua que
casi sería un submarino.
Y estaría cubierto
de una armadura enchapada de proa a popa.
Lincoln intentó esta idea alocada
y el "Monitor" de Ericsson
se hizo un prestigio
después de que hundió el barco acorazado más fino,
del Sud, el "Merrimack".
El "Monitor", de hierro fundido,
hizo del bloqueo
de los puertos sureños
una certeza férrea
una vez que el Norte estableció una cabeza de puente
detrás de las líneas enemigas aquí en Port Royal
en una de las Islas del Mar
fuera de la costa de Carolina del Sur.
Aquí, Washington estableció uno de
los programas de asistencia social más inusuales
en la historia de los Estados Unidos.
Se divulgó
como el experimento de Port Royal,
y dio a los negros la propiedad de la tierra,
les otorgó derechos,
y la oportunidad de formar
su gobierno local.
...es hora de
que repasásemos lo de la semana pasada.
Pero la parte más radical
del experimento
era conducida por una mujer, una maestra
que abrió la primera escuela pública
para los hijos de esclavos
para enseñarles las habilidades básicas
de aritmética, lectura,
y, sobre todo, escritura.
...sabemos que todavía tenemos
que practicar nuestras letras
y trabajar en esas letras
y hoy haremos la "M".
Una "M" es una letra muy fácil;
son como dos montañas...
A la larga el experimento falló.
Después de la guerra, las cosas regresaron
a la forma en que fueron,
y todo el mundo volvió
a cultivar algodón en Sea Island.
A fines del siglo 19,
Sea Island tenía el control
del mercado de algodón de lujo
por todo Europa,
y a los inversores
les iba tan bien
en la creciente industria del gas de alumbrado.
Muy bien.
Ahora, había una sola cosa
que podía aguar la fiesta
a los inversionistas
de gas de alumbrado del siglo 19
y era la invención
de la luz eléctrica.
Pero afortunadamente para este programa,
eso no es cómo va la historia siempre.
No son siempre lámparas nuevas por viejas.
Los fabricantes de gas de alumbrado
se salvaron de la electricidad
por un austríaco llamado Welsbach,
que consiguió un título aristocrático
por su trabajo
y tomó como su lema familiar
"Más luz".
¿Quiere adivinar por qué?
Bien, Welsbach hizo una luz de gas
mucho más brillante
que con un truco todavía usamos
en las luces de acampada
como estas.
En 1885, Welsbach rodeó
la llama del gas con un manto
hecho de algodón de Sea Island
impregnado con un material
que se ponía incandescente,
como todas estas.
Pero el manto de Welsbach
aún no era lo suficientemente brillante
para competir con las bombillas.
Entonces él probó varios mantos
hechos de minerales diversos
que hacían lo mismo-
unos minerales llamados tierras raras.
Hacían el manto más brillante aun
que la luz eléctrica.
Y mientras Welsbach
estaba perdiendo el tiempo
con sus tierras raras
descubrió uno nuevo.
Lo llamó neodimio,
que es bastante más anonadador
de lo que usted pudiese pensar
y al cual regresaré
después de una corta pausa teatral.
Nos encontramos con la señorita Georgia Cayvan,
la mayor estrella de Broadway de los 1880s.
Caliente en más de un sentido,
como también sus audiencias veraniegas.
La gerencia del teatro hizo lo mejor posible
con abanicos que soplaban aire
a través de bloques de hielo
para controlar la temperatura, igual como
estaban haciendo los fabricantes de algodón.
Las fábricas lo llamaron "acondicionamiento",
y el nombre de su juego era
mantener la temperatura y humedad
perfectas para el hilado de algodón.
Miss Cayvan resolvió
ambos problemas a la vez.
Bueno, su vestido lo hizo.
Hasta donde yo sé,
sólo se hicieron dos-
uno para Miss Cayvan y el otro
para una princesa española-
por una compañía en Toledo.
Este Toledo, en Ohio,
no Toledo de España.
Y por esta vez
la compañía no tuvo que preocuparse
por obtener el tipo correcto
de aire acondicionado para estas fibras,
porque el vestido
estaba hecho de vidrio.
Ahora, uno de los tipos
en la fábrica de vidrio de Toledo a la sazón
era un tipo llamado Michael Owens,
que vino a fundar una de
las compañías más grandes de vidrio en América
y luego ayudó a hacer los días calientes
en lugares de vacaciones
un poco más tolerables,
porque en 1935
estaba desarrollando la siguiente etapa
de la lana de vidrio: la fibra de vidrio.
Que resultó ser ideal
para conservar frescas de cosas -merci-
o calientes, porque la fibra de vidrio
podía aguantar cualquier cosa
desde 500
hasta menos 300 grados Fahrenheit.
Así que resolvió el aire acondicionado
y los problemas de aislamiento de todos los tipos,
lo que nos lleva, como dije antes,
al neodimio.
¿Recuerda a Welsbach
y todos sus mantos?
Bueno, gracias a él
y su neodimio
había ahora alguna otra cosa
que hacer con fibra de vidrio:
la guerra.
En los 1960s, todos los militares
estaban interesados en vidrio muy puro
y lo que pasaría
al meter neodimio en él.
Un campo magnético
excita los átomos de neodimio,
así que cuando usted les da luz
se recargan
y emiten su energía excedente
en un rayo de luz increíblemente intenso
tan estrecho y poderoso,
que alcanzará hasta la luna
o puede hacer daño a gran distancia como este.
A fines de los 80s
el láser estaba haciendo cosas
que parecían de Buck Rogers.
Durante la Guerra del Golfo
los pilotos podían iluminar un blanco
con un rayo láser
y luego guiar una bomba inteligente
en la trayectoria del rayo
con resultados espectaculares.
Y por eso es que comencé aquí
en el mercado de especias de Estambul,
porque un montón de esos
que activaron las antenas de la Guerra del Golfo se fueron
de las bases aéras aquí en Turquía,
y cuando llegaron
hasta donde fueron enviados
armaron sus explosivos láser
y se aprestaron a hacer
lo que habían venido a hacer,
girar un interruptor
y liberar las bombas.
¿Y usted sabe
cómo llaman a ese interruptor
cuándo está armado
y su artillería está lista?
Un pickle picante.
y la razón por la que estoy aquí es
porque este es otro cuento
acerca de la variedad extraordinaria
que presenta la historia
y la forma en que va.
Y, como sabemos,
la variedad es la sal de la vida,
o, en este caso, de la muerte,
porque esta historia particular
busca la forma
de cómo se inició
una serie de guerras
porque allá por la Edad Media
las personas cometían asesinato
por apoderarse de cualquier cosa
que les volara la cabeza.
Hablo de especias, por supuesto.
Cosas explosivas, como esta.
"PICKLE PICANTE"
Cada año
los turcos conmemoran 1453,
cuando tomaron a Estambul
de los cristianos
y clausuraron
el gran agujero
donde los cruzados, en su camino
a Oriente Medio,
pasaban la noche
para divertirse un poco.
Y si usted era un caballero
con una o dos noches libres,
entonces esta ciudad era el lugar
para un poco de sofisticación,
Y por eso, mientras saboreaban
estos deleites locales,
algunos de esos cruzados
desarrollaron otros gustos aquí.
Hablo de la comida,
porque una vez que habían saboreado
una innovación asombrosa,
las llamadas especias,
la comida de casa nunca
volvió a ser lo mismo.
La moda instantánea
que se extendió por toda Europa
de las especias de Oriente que
usted podía comprar aquí
impulsó el equivalente medieval
de los cárteles y guerras de droga de hoy,
porque usted sabe cómo cambia
el precio de una droga
desde que deja a un productor
hasta que llega a la calle.
Bien, lo mismo ocurría
con la pimienta,
la canela y el jengibre medievales,
sólo para Columbia,
léase el sudeste de Asia,
que es donde arribaban
las especias medievales.
Así que esa toma turca aquí en 1453
le cortó a Europa
el suministro de especias...
la causa real del comienzo
del colonialismo occidental,
porque uno tras otro,
holandeses, españoles, franceses,
portugueses e ingleses
marcharon hacia el Oriente
para conseguir sus propias especias
en lugar de negociar a través
de los nuevos intermediarios turcos.
Porque para ese tiempo
en que el consumidor europeo
tomaba las especias y hierbas del Oriente
con todo el abandono
de un alcohólico en una cervecería,
estábamos enganchados.
Y usted sabe lo que dicen
acerca de los adictos:
quieren que todo el mundo lo sea,
que finalmente fue lo
que sucedió.
Pero para entonces, la razón
ya no era la pimienta.
Era el té.
A finales de 1800
nosotros los británicos estábamos importando,
oh, 18 millones de libras al año,
en su mayor parte de China.
Se inventó
la gran hora británica del té,
dejando sólo el asunto sin importancia
de cómo obtener el dinero
para pagar las
18 millones de libras de té.
La solución: las drogas.
Pero esta vez, drogas reales
de las amapolas de la India
que era lo que había en ese momento.
Todo lo que se necesitaba era un mercado para ellas.
Bueno, dado que estábamos intentando
encontrar dinero para comprar té de China,
qué sorpresa tan irónica,
China estaba ya llena
de guaridas ilegales de opio.
Así que ahí estaban todos esos adictos para abastecer,
y pagando nuestro té
con su hábito desafortunado,
estos tipos solucionarán
el problema de la balanza de pagos británica,
porque estábamos sin efectivo
gracias a que gastamos
todas nuestras reservas de oro
en una guerra
contra Napoleón.
¿Y los adictos?
Bajas colaterales económicas, ¿no?
Así que ahora tenemos todas estas provechosas
guaridas de opio llenas de humo,
haciéndonos montones de dinero precioso,
el truco es mantener
a toda la estafa funcionando.
y para hacer eso,
tenemos que estar seguros
que podemos mantener
abierta la ruta comercial de China,
y para eso
necesitamos una cosa más.
Le daré una pista.
Cantinero, ¿puede servir
otra ronda, por favor?
Gracias.
De acuerdo, he aquí otra pista.
La tiene a la vista.
Esto.
Este es el famoso Long Bar
en el hotel
llamado como el hombre que nos trajo
esta otra cosa.
Allí está.
Él fue uno de los pocos
burócratas imperiales británicos
del siglo 19
que se tomó la molestia
de aprender el dialecto local.
Vivía como un lugareño,
vestía como un lugareño.
Hasta comía como un lugareño.
Extraordinario,
pero pareció funcionar.
Después de algunos años aquí
en el Oriente
había hecho
tan buena reputación
que Londres le pidió que tome Java
de los holandeses, así que lo hizo.
Se convirtió en teniente gobernador.
Y en su camino a Java
recibió
un informe detallado sobre
un basurero sucio y abandonado
que pertenecía a algún sultán local.
Así que a cambio de armas
y, qué más, un poco de opio,
nos consiguió un arrendamiento a largo plazo
del lugar,
que iba a ser perfecto
para conservar un ojo
en el cercano Estrecho de Malasia
a través del cual pasaba
nuestro comercio con China,
manteniendo por consiguiente todo
el negocio del té-por-opio
bien y seguro.
¿Oh, quién es nuestro héroe?
Sir Stamford Raffles.
¿y el basurero sucio y abandonado
que alquiló por opio?
Bueno, está un poquito cambiado desde entonces.
Es Singapur.
Entretanto,
Raffles y la selva de Java,
donde él pasaba la mayor parte de su tiempo
como teniente gobernador
administrando la iluminada
justicia británica
y agarrando el oro,
los diamantes, el café, la teca, la pimienta,
la seda, el té, el azúcar, el estaño, y el opio
que los lugareños parecían
no necesitar mucho.
Sin mencionar lo otro
que enloquecía a Raffles:
la naturaleza en cualquier modo o forma
que se presentara
doquiera que él estuviera.
Si se movía, él lo desecaba, lo rellenaba
o lo embotellaba.
En un solo viaje por la selva,
30 toneladas de eso.
Usted nómbrelo,
Raffles lo coleccionaba.
Y bastante más
que usted no puede nombrar.
Supongo que era como
la mayoría de los tipos coloniales.
Quería llevar
todas estas cosas exóticas
de regreso a casa en Inglaterra
y clasificarlas.
Y todo porque en 1802
como todos los demás a la sazón
había sido animado hacia la naturaleza
por un vicario inglés
por otro lado completamente olvidable
llamado William Paley,
que vivía en el medio de ninguna parte
al norte de Inglaterra
y que había tenido uno
de esos pensamientos felices
que se volvió un cliché instantáneo.
Él dijo, "un reloj de pulsera no ocurre
por accidente.
"Tiene un propósito,
montones de partes operando conjuntamente
"diseñadas para hacerlo.
"Lo mismo con la naturaleza:
"montones de partes operando conjuntamente,
diseñadas para hacerlo
por el gran diseñador en el cielo".
Este acercamiento científico de Paley
a la religión y la creación y todo eso
tuvo un éxito muy grande.
Él desarmó la naturaleza
como usted lo haría con un reloj de pulsera,
buscando el propósito de Dios
en el diseño.
Así que las patas con membranas
encajaban en un ave acuática.
Un ala grande para vuelos largos
y un cuello largo para alimentarse de abajo,
con un pico plano
para excavar comida de plantas acuáticas.
Cuando usted junta
todas esas partes construidas especialmente
usted obtiene el único diseño
que puede corresponder a este animal:
un cisne.
Entonces personas como Raffles paseaban
buscando especímenes
de este mundo de diseñador
de que hablaba Paley
y luego los coleccionaban
a todos conjuntamente
en versiones en pequeña escala
de plan grandioso de Dios.
Modernas arcas de Noé, si usted quiere.
Los llamamos zoológicos.
Así empezaron los zoológicos.
En este caso, uno de los primeros,
el London Zoo,
establecido con el solo propósito
de obtener una mirada cercana
a la naturaleza
bajo condiciones controladas
y estudiar el plan de Dios
y también, en este caso,
dar un lugar donde Raffles
pudiera ubicar su colección
cuando se retirase de su trabajo en Java
y regresara a Inglaterra en 1824.
Tres años después,
se abrieron las puertas-
sólo para miembros, por supuesto-
de la London Zoological Society,
o arca de Noé
con Raffles como su presidente
gracias a un camarada influyente suyo
un muy respetado
científico británico llamado Davy,
cuya sola contribución
a la zoología hasta ese momento
había sido hacer la vida
del canario uno poco más fácil.
Vea, en aquel entonces,
la única forma que un minero tenía de saber
cuando había peligroso
metano alrededor de él en la mina
era cuando el canario
que llevaba en una jaula
caía de su percha.
¿Una mejor forma?
Davy encontró
que el metano necesitaba
una alta temperatura
para hacerle explotar
así que básicamente diseñó una lámpara
que se mantenía fría.
Usted obtenía toda la luz que necesitaba
de la mecha ardiente,
pero él la rodeó
con una tela metálica fina
que contenía
el calor de la llama
y conservaba la temperatura
exterior de la lámpara baja
bajo la marca que haría
estallar el metano.
Probaron este diseño en dos
de las minas explosivas más peligrosas
de Inglaterra, y funcionó.
Y como Davy era ya
Sir Humphry Davy,
con medallas de Napoleón y
miembro de la Royal society,
nadie tomó en cuenta a
un don nadie que diseñaba minas
llamado Stephenson,
que dijo que había inventado una lámpara
tan buena como la de Davy.
Los financistas de Stephenson
estaban tan molestos
que le dieron
un premio de consolación de £ 1000,
afortunadamente para quienquiera
que guste de viajar en trenes.
Ese don nadie ingeniero de minas
los hizo posibles.
¿Usted recuerda la forma en que los británicos
manipulamos el comercio de opio al Oriente
para hacer bastante dinero
para pagar el té
y luego nos sobró bastante
para financiar la guerra
que estábamos peleando contra Napoleón?
Bueno, uno de las otras cosas
que esa guerra hizo
fue disparar tasas de inflación
realmente altas.
De modo que los mineros ingleses estaban desesperados
por una forma más barata
de transportar su carbón
que la tirada por caballos,
porque el precio de pienso del caballo
había subido como un cohete,
y lo que ese desconocido
ingeniero que mencioné,
George Stephenson, inventó fue lo
que solucionó el problema.
Titular de primera página.
"Rocket" es el nombre que le dió Stephenson
a su nueva máquina maravilla
que transportaría carbón
y cambiaría al mundo.
Le llamamos locomotora.
Para obtener la mayor presión de vapor posible
de la caldera
la transformó en
una serie de tuberías
para recoger el máximo calor del fuego
y producir más vapor
para conducir los pistones
en los cilindros,
angulados de modo que se acoplarían directamente
a manivelas en las ruedas.
"El 8 de octubre de 1829",
dice aquí,
"en Rainhill en la nueva
línea Manchester-Liverpool,
miles vinieron para
la gran carrera de máquinas de vapor".
Estaban viendo
cuatro locomotoras competidoras
por el premio serio
que en dinero de hoy
sería medio millón de dólares.
Bueno, la "Rocket" de George Stephenson
ganó sin problemas.
Interesantemente,
este artículo no menciona
lo que sucedió con el tipo
que diseñó la locomotora
que llegó última.
Él dejó los ferrocarriles,
se fue de Inglaterra, fue a Nueva York.
Su nombre era John Ericsson,
y cuando comenzó la guerra civil
en 1861, escribió a Lincoln,
diciéndole que él sabía que Lincoln quería
bloquear los puertos sureños
para detener la exportación sureña
de algodón con que pagaban la guerra
y que él, Ericsson, podría diseñar
el tipo de barco
que podía hacer eso.
Tendría
una torreta giratoria encima.
Iría tan poco por encima del agua que
casi sería un submarino.
Y estaría cubierto
de una armadura enchapada de proa a popa.
Lincoln intentó esta idea alocada
y el "Monitor" de Ericsson
se hizo un prestigio
después de que hundió el barco acorazado más fino,
del Sud, el "Merrimack".
El "Monitor", de hierro fundido,
hizo del bloqueo
de los puertos sureños
una certeza férrea
una vez que el Norte estableció una cabeza de puente
detrás de las líneas enemigas aquí en Port Royal
en una de las Islas del Mar
fuera de la costa de Carolina del Sur.
Aquí, Washington estableció uno de
los programas de asistencia social más inusuales
en la historia de los Estados Unidos.
Se divulgó
como el experimento de Port Royal,
y dio a los negros la propiedad de la tierra,
les otorgó derechos,
y la oportunidad de formar
su gobierno local.
...es hora de
que repasásemos lo de la semana pasada.
Pero la parte más radical
del experimento
era conducida por una mujer, una maestra
que abrió la primera escuela pública
para los hijos de esclavos
para enseñarles las habilidades básicas
de aritmética, lectura,
y, sobre todo, escritura.
...sabemos que todavía tenemos
que practicar nuestras letras
y trabajar en esas letras
y hoy haremos la "M".
Una "M" es una letra muy fácil;
son como dos montañas...
A la larga el experimento falló.
Después de la guerra, las cosas regresaron
a la forma en que fueron,
y todo el mundo volvió
a cultivar algodón en Sea Island.
A fines del siglo 19,
Sea Island tenía el control
del mercado de algodón de lujo
por todo Europa,
y a los inversores
les iba tan bien
en la creciente industria del gas de alumbrado.
Muy bien.
Ahora, había una sola cosa
que podía aguar la fiesta
a los inversionistas
de gas de alumbrado del siglo 19
y era la invención
de la luz eléctrica.
Pero afortunadamente para este programa,
eso no es cómo va la historia siempre.
No son siempre lámparas nuevas por viejas.
Los fabricantes de gas de alumbrado
se salvaron de la electricidad
por un austríaco llamado Welsbach,
que consiguió un título aristocrático
por su trabajo
y tomó como su lema familiar
"Más luz".
¿Quiere adivinar por qué?
Bien, Welsbach hizo una luz de gas
mucho más brillante
que con un truco todavía usamos
en las luces de acampada
como estas.
En 1885, Welsbach rodeó
la llama del gas con un manto
hecho de algodón de Sea Island
impregnado con un material
que se ponía incandescente,
como todas estas.
Pero el manto de Welsbach
aún no era lo suficientemente brillante
para competir con las bombillas.
Entonces él probó varios mantos
hechos de minerales diversos
que hacían lo mismo-
unos minerales llamados tierras raras.
Hacían el manto más brillante aun
que la luz eléctrica.
Y mientras Welsbach
estaba perdiendo el tiempo
con sus tierras raras
descubrió uno nuevo.
Lo llamó neodimio,
que es bastante más anonadador
de lo que usted pudiese pensar
y al cual regresaré
después de una corta pausa teatral.
Nos encontramos con la señorita Georgia Cayvan,
la mayor estrella de Broadway de los 1880s.
Caliente en más de un sentido,
como también sus audiencias veraniegas.
La gerencia del teatro hizo lo mejor posible
con abanicos que soplaban aire
a través de bloques de hielo
para controlar la temperatura, igual como
estaban haciendo los fabricantes de algodón.
Las fábricas lo llamaron "acondicionamiento",
y el nombre de su juego era
mantener la temperatura y humedad
perfectas para el hilado de algodón.
Miss Cayvan resolvió
ambos problemas a la vez.
Bueno, su vestido lo hizo.
Hasta donde yo sé,
sólo se hicieron dos-
uno para Miss Cayvan y el otro
para una princesa española-
por una compañía en Toledo.
Este Toledo, en Ohio,
no Toledo de España.
Y por esta vez
la compañía no tuvo que preocuparse
por obtener el tipo correcto
de aire acondicionado para estas fibras,
porque el vestido
estaba hecho de vidrio.
Ahora, uno de los tipos
en la fábrica de vidrio de Toledo a la sazón
era un tipo llamado Michael Owens,
que vino a fundar una de
las compañías más grandes de vidrio en América
y luego ayudó a hacer los días calientes
en lugares de vacaciones
un poco más tolerables,
porque en 1935
estaba desarrollando la siguiente etapa
de la lana de vidrio: la fibra de vidrio.
Que resultó ser ideal
para conservar frescas de cosas -merci-
o calientes, porque la fibra de vidrio
podía aguantar cualquier cosa
desde 500
hasta menos 300 grados Fahrenheit.
Así que resolvió el aire acondicionado
y los problemas de aislamiento de todos los tipos,
lo que nos lleva, como dije antes,
al neodimio.
¿Recuerda a Welsbach
y todos sus mantos?
Bueno, gracias a él
y su neodimio
había ahora alguna otra cosa
que hacer con fibra de vidrio:
la guerra.
En los 1960s, todos los militares
estaban interesados en vidrio muy puro
y lo que pasaría
al meter neodimio en él.
Un campo magnético
excita los átomos de neodimio,
así que cuando usted les da luz
se recargan
y emiten su energía excedente
en un rayo de luz increíblemente intenso
tan estrecho y poderoso,
que alcanzará hasta la luna
o puede hacer daño a gran distancia como este.
A fines de los 80s
el láser estaba haciendo cosas
que parecían de Buck Rogers.
Durante la Guerra del Golfo
los pilotos podían iluminar un blanco
con un rayo láser
y luego guiar una bomba inteligente
en la trayectoria del rayo
con resultados espectaculares.
Y por eso es que comencé aquí
en el mercado de especias de Estambul,
porque un montón de esos
que activaron las antenas de la Guerra del Golfo se fueron
de las bases aéras aquí en Turquía,
y cuando llegaron
hasta donde fueron enviados
armaron sus explosivos láser
y se aprestaron a hacer
lo que habían venido a hacer,
girar un interruptor
y liberar las bombas.
¿Y usted sabe
cómo llaman a ese interruptor
cuándo está armado
y su artillería está lista?
Un pickle picante.