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09 - High Times español by James Burke Lyrics

Genre: misc | Year: 2020

RELACIONES 2
por James Burke

¿Sabe qué es esto?

La tecnología invisible.

¿Bueno, lo es?

Digo, es algo en lo
que usted apenas piensa.

Y sin embargo
qué conexiones extraordinarias

tienen estas cosas inadvertidas.

Y por esta vez
voy a decirle por adelantado

a dónde vamos a terminar
al final de la función:
De vuelta aquí a algo en esta escena
que usted ya ha visto.

Vea si puede divisarlo.

De acuerdo, ahora que le he dado una pista
debería ser fácil,

Al fin del programa

si usted no ha decidido aún
hacia dónde vamos,

"será hora".

SERÁ HORA

2125.

502.

La historia comienza aquí,
bien debajo de Londres, en 1940.

La Batalla de Inglaterra.
El Cuartel General de
Defensa Aérea británico.

Inglaterra, Francia.

OK.

Estamos aquí.
Los alemanes están aquí.

Mejor dicho aquí, aquí y aquí,
cruzando el canal hacia nosotros.

No hay problema.

Las estaciones de radar
aquí, aquí y aquí

los divisarán y nos salvarán a todos.

Pero las antenas de radar
a lo largo del litoral británico, son tan grandes,
son un blanco facilísimo.

La respuesta:
Envoltura de adherencia.

El término técnico: El polietileno.

Descubierto por accidente en 1933

cuando hubo un explosión
en un laboratorio químico inglés-

realmente buscaban
un tinte-

y allí, pegado a los pedazos de vidrio,
había polietileno.

Para cuando lo tuvieron
en producción

era justo lo que
el cuerpo de defensa necesitaba aquí

y justo a tiempo para el primero
de los ataques aéreos realmente masivos.

En todas las películas de guerra
parece pan comido, ¿no?

Divisen a la aeronave enemiga
en sus pantallas de radar encendidas,

luego guíe a los defensores
a sus blancos.

Tally-ho y todo eso.

Excepto que el blanco
más fácil para el enemigo

son las grandes
antenas de radar.

Las antenas pequeñas son más seguras

pero dan señales pequeñas
que necesitan aislamiento especial.

¿Pero qué aislamiento?

El polietileno resultó
ser el gran aislamiento.

Una de las formas
de hacer polietileno

es soplarlo en burbujas
cuando está derretido.

Se forman películas delgadas como esta.

Parecidas a las pompas de jabón como esta.

Ambos son coloides.

Esto es, moléculas

que hacen materiales flexibles, elásticos,
resbaladizos.

Así que mucho de lo que la gente
de polietileno sabe del polietileno

viene de lo que gente del jabón sabía
del jabón.

Interesantes cosas, las burbujas de jabón.

Un científico escocés
una vez conservó una burbuja de jabón viva

como quien dice, por tres años.

Por supuesto, la Biblia del jabón
se escribió

a comienzo del Siglo 19

por un tipo que hizo
la mayor parte de su trabajo en París

de nombre Chevreul.

Y la contribución de Chevreul
a la suma de todo el conocimiento

fue que se enteró
que el jabón limpia.

Disuelto, saca
las partículas de suciedad fuera de usted

y las engancha a
las moléculas circundantes de agua,

así que cuando usted se enjuaga,
la suciedad flota fuera de su piel,

en el agua,
y luego queda envuelta

por grupos de grandes moléculas jabonosas
llamadas micelas

que evitan que la suciedad
se le pegue a usted de nuevo.

Así que usted se limpia
y se mantiene limpio.

Entretanto, ¿qué hacía él
metido con el jabón?

Porque era realmente un teñidor.

y los tintes interactúan con las
fibras de tela igual que el jabón.

Y la obsesión de Chevreul
era hacer tintes intensos de color

que no se lavaran ni se destiñeran.

Así que en lugar de mirar a los tintes,
se fijó en cómo ve usted el color.

Chevreul llamó
a lo que descubrió

"contraste simultáneo".

Él decía que la intensidad
de cualquier color

depende de lo que
se pone a su lado.

Usted ve el efecto

con estos hilos de tapiz
de diferentes colores,

cuanto más se aleje del tapiz.

Estos, como ocurre
son los mejores tapices
de todos los tiempos,

hechos en el Siglo 18 en la fábrica
de tapices Gobelin, aquí en Francia

para entibiar las paredes
de los palacios del rey,

como Versailles,
que dista mucho de ser cálido.

Y por eso Chevreul estaba haciendo
lo que estaba haciendo con el jabón,

porque era el director de tintura
en la fábrica de tapices Gobelin,

y como dije antes, la forma en que
un tinte actúa sobre la fibra

es casi como lo hace el jabón.

De cualquier manera, eche un vistazo

a una trama de hilo coloreado
que vale unos pocos millones de dólares.

Nos quedaremos un poco más
en la sala de pinturas

y luego iremos
a exóticas locaciones extranjeras,

en este sendero
que empezó con envoltura de adherencia.

50 años antes de Chevreul,

el diseño del tapiz Gobelin
repentinamente se volvió muy sutil

porque se pusieron a trabajar

con un tipo nuevo
de puntada intertrabada,

así que usted podía tejer
diseños muy sutiles.

El entonces jefe contrató
a un par de pintores

para diseñar este tipo de patrón.

Sutil costura, ¿no les parece?

Pero usted probablemente
ya ha adivinado

que no está viendo
un diseño europeo.

Y estas figuras chinas
son la pista

de por qué la mundialmente famosa
fábrica Gobelin

no empezó
como una fábrica de tapices.

El motivo es que
en los inicios del Siglo 17

el Occidente había redescubierto
el misterioso Oriente,

y a pesar del hecho
de que llegar aquí

implicaba meses en el mar
en botes agujereados

con comida podrida y escorbuto,

las personas se ponían en fila
para el privilegio

porque los mercados
de China y Japón

estaban llenos de este tipo de cosas

que harían a cualquier
distribuidor europeo de antigüedades

seriamente rico, seriamente rápido.

Y eso porque en la primera parte
del Siglo 18

el material de moda
para tener en casa

era algo del Extremo Oriente:
Alfombras, sedas, porcelana,

y una cosa
que apareció en el mercado

y que terminó resultando
una real moda,

y la razón de que la fábrica Gobelin
se estableciera en primer lugar,

no para hacer tapices;
Para hacer mobiliario laqueado falso.

El trabajo en laca
apareció en Europa

por 1610,

pero era tal exitazo
que los precios pasaron a través del techo.

De modo que los franceses abarrotaron
el mercado con imitaciones baratas.

Por supuesto, no eran
justamente mobiliario que costara mucho;

Un distribuidor podía hacer 150% casi en cualquier cosa que quisiera traer
del Extremo Oriente.

Y había un grupo
de europeos en particular

que no podía resistir
la oportunidad

para hacer tal tipo de ganancia:
Los holandeses.

En el Siglo 17, la compañía de ventas
por correo número uno de Europa.

"Le traemos cualquier cosa",
decían, "de dondequiera...
por el precio correcto".

Por lo que
estaban entre los primeros

para citarse aquí
en el sudeste de Asia

con los mercantes que traían cargamentos
de mobiliario laqueado

y todo género de otras
provechosas cositas de China.

Desafortunadamente, desde un principio,

los holandeses tenían un pequeño problema

para llegar a las citas.

Eche un vistazo a este mapa.

Estamos aquí.

Bien, a la sazón

había sólo dos formas
para venir desde Holanda:

Por acá,
al sur y a través del Pacífico;

Y por acá,
al sur alrededor de África.

Esta ruta estaba copada
por los portugueses

y esta ruta por los españoles.

Cualquier camino que tome,
termina reventado en el agua,

lo que no iba a detener a los holandeses.

Todos los exploradores y los inversionistas

de los seis puertos principales
de Holanda se reunieron

para formar un consorcio llamado

Compañía Holandesa
de las Indias Orientales,

y empezaron a buscar modos
de resolver este problema menor de cómo llegar a
toda esa ganancia en Oriente.

Y una vez que habían comenzado
a pensar realmente en el problema,

la solución pareció
ser tontamente simple.

Si usted no puede ir al sur,
vaya hacia el norte.

Usted sonríe,
porque usted sabe lo que ellos no sabían,

porque no estaba en sus mapas,

porque no sabían que existía.

Esto:

El banco de hielo polar.

La ignorancia es dicha,

así que en abril 23 de 1607

se lanzaron afuera
en estos trastos al mando

de un capitán inglés
llamado Henry Hudson

que los holandeses contrataron

y, como debía resultar,
lo mandaron en la dirección equivocada.

Ahora, en el mundo moderno

estamos tan acostumbrados a ir directo
a dónde queremos ir

que nos divierte
el camino que siguió Hudson.

Aquí está su misión:

Encontrar un pasaje noroeste
a través de aquí

para llegar al Extremo Oriente.

A los cuatro meses,
gracias al banco de hielo,

esto es lo que Henry hizo.

Londres, Shetland,

Islandia, Groenlandia,

Spitsbergen, Spitsbergen,

Spitsbergen,
Groenlandia, Groenlandia,

se rindió y se fue a casa.

¿Fracaso?
Nada de eso.

Porque todos esos choques
contra Spitsbergen significaron

que cartografió el lugar bastante bien,

así que cuando él regresó,
era por lo menos capaz

de decir a sus jefes holandeses
dónde cazar sus ballenas,

porque al norte, además de hielo,
todo lo que él había visto eran ballenas,

en ese tiempo la más
financieramente redituable cosa a flote

después
de un barco español con un tesoro.

Una ballena es básicamente huesos,
grasa y aceite.

Usaban barbas de ballena
para todo lo que hoy haríamos de plástico.

La grasa iba a candelas y jabón,
y el aceite encendía lámparas.

Así que usted podía ponerse muy rico
haciendo esto.

La pesca de ballenas
en el Ártico duró 300 años

y es un ejemplo perfecto de la forma
extraña en que la historia opera,

porque Henry Hudson no hubiera hecho
ni siquiera un mal mapa

si no hubiera sido
por un tipo aquí en Bélgica

que vendía ropa interior francesa,
cosas de cuero, vino, espejos,

y libros sagrados.

Esta era su tienda de impresión
en Amberes,

y era el editor más ocupado
del Siglo 16,

y su nombre
era Christopher Plantin.

Era un pez gordo

porque se metió en el trabajo impreso
más grande jamás hecho:

Más de 1000 copias de lo que
su aviso de ventas refería como

"una nueva y asombrosa versión
científica de la Biblia".

Ocho volúmenes
en los cinco lenguajes bíblicos

y, claro está,
copiosamente ilustrados

y valiendo una fortuna.

El cliente de Plantin estaba tan
impresionado por el ángulo científico

que prontamente encargó un montón
de otros libros sagrados.

40000 copias.

¡Qué cliente!

Felipe II de España,

el tipo de cliente
con quien sueña todo editor.

Y cómo llevó todo esto a
Henry Hudson a Spitsbergen tiene que ver
con el giro científico que Plantin adoptó en su proposición.

Esta iba a ser una Biblia,
decía, con una base de datos adjunta.

Si usted quería saber algo
más de la Biblia

estaba en un apéndice.

Plantin consiguió expertos
para escribir esos apéndices:

Lingüistas, zoólogos,
historiadores, dibujantes, banqueros,

y por supuesto cartógrafos

para hacer todos los mapas
de la Tierra Santa.

Y cuando hicieron su trabajo
para Plantin,

se fueron
y se establecieron por su cuenta.

Eso causó una especie
de lluvia de conocimiento

que en cierto modo ayudó a iniciar

lo que en el mundo moderno
se llama ciencia.

Una de estas personas

era un ministro calvinista
llamado Plancius,

que era un alumno
del gran cartógrafo Mercator,

quién también publicaba aquí.

Así que Plancius era muy hábil
en cosas náuticas.

Y fue quien persuadió

a la Compañía Holandesa
de las Indias Orientales

de contratar a Henry Hudson,

y fue Plancius quien pensó
la ruta norte para China

lo que llevó a Henry Hudson a
ninguna parte sino a Spitsbergen.

Y así es cómo
la máquina impresora

terminó matando
a las pobres ballenas.

Esta es la historia para usted.

Y recuerde que vinimos aquí
por la envoltura de adherencia.

¿Pero por qué aquí?

¿Por qué Felipe II necesitaba
tantos libros sagrados?

Porque la iglesia católica
estaba en problemas.

A mediados del Siglo 16

Lutero persuadía a los católicos
para volverse protestantes en manadas.

En 1565, después de una reunión
del más alto nivel, Roma decidió:

Uno, recuperar a las masas
con música y decoración como ésta;

Dos, traer personas como Plantin

para publicar textos
sagrados estandarizados;

Tres, lanzar una fuerza de choque jesuita;

Cuatro, desalentar el libre pensamiento
con una lista de libros prohibidos.

Uno de los primeros libros en esa lista

fue escrito por un polaco
llamado Copérnico,

que consideraba que la Tierra
no era el centro del universo

como Roma decía que era.

Ahora, nadie tomaba en serio
lo que decía Copérnico

hasta 1610 cuando aquí, en las afueras de Florencia, un profesor italiano de matemáticas
llamado Galileo

que vivía en el pueblo cercano de Arcetri

publicó descripciones
de lo que había visto el año anterior

cuando había contemplado el cielo

a través de un asombroso
aparato holandés nuevo.

Se llamaba telescopio.

Ahora, siendo un tipo hábil,

Galileo dibujó
lo que había visto a través de él.

Cuadros impresionantes.

Quiero decir,
ese círculo pequeño es Júpiter,

y estas pequeñas "X"
a cada lado de él

son las lunas de Júpiter.

Ahora, si la iglesia tenía razón

y la tierra realmente era
el centro de todo,

entonces ¿qué eran
esas lunas pequeñas

yendo alrededor de otra cosa?

Bien, eso puso el trabajo de Galileo
directo en la lista del Papa,

porque veía cosas en el cielo

que se supone que no se debían ver,

como las montañas en la Luna
que la iglesia decía

que se suponía que era un cuerpo
celestialmente perfecto,

sin rasgos sobresalientes.

Entretanto, de vuelta en la Tierra,

lo que conmocionó hasta a la gente
más vulgar no eran esas cosas teologales.

Era el hecho de que los telescopios
ahora habían mejorado lo bastante

como para que se pudieran fijar realmente
bien las estrellas.

Grandes noticias
para los capitanes de barcos.

Tome una estrella que usted quiere fijar.

Bueno, usando un buen telescopio

usted encuentra el ángulo
de la estrella en el cielo.

Luego usted busca ese ángulo
en su libro de tablas estelares,

y ellas le indican dónde debe
estar usted en la Tierra

para ver la estrella en ese ángulo
en ese momento.

El problema era
que las tablas estelares se basaban

en que la Tierra es
una esfera perfecta

pero si no lo era

usted podía estar a millas
de donde pensaba que estaba.

Si la Tierra
fuera una esfera perfecta,

una diferencia de un grado
en la posición de una estrella

se vería
desde puntos en tierra-

déjeme exagerar
para hacer ver el punto-

a esta gran distancia.

Y doquiera que usted fuera a la Tierra,
esa distancia sería la misma.

Bueno, en 1763
un grupo de científicos franceses tomó algunas medidas de posiciones estelares sumamente precisas en Laponia para comprobarlas,

y descubrieron que la Tierra

era una esfera aplastada,
porque en el norte,

gracias a la exactitud
con que medían sus posiciones estelares

a precisamente la misma hora
cada noche,

encontraron
que una diferencia de un grado aquí

era una milla más larga
que en el ecuador.

Lograron hacer
todo ese trabajo de precisión

porque tenían lo último
en instrumentos de medición

que llevó el trabajo con metal
a nuevas alturas.

Esta es la máquina milagrosa:
El reloj de George Graham.

El más preciso jamás construido
hasta entonces

por la forma en que Graham
había moldeado los brazos de las paletas.

Este es uno moviéndose adentro y afuera
de los dientes del volante, ¿ve?

Esta forma especial
suelta la rueda

en un momento muy preciso.

Así que como los dos brazos
de la paleta

están rígidamente fijos
al péndulo de atrás,

el volante es atrapado y soltado
por un brazo o el otro

con cada oscilación del péndulo.

Bueno, todo estaba bien mientras el volante operara bien,

lo que no siempre hace,

especialmente cuando está aquí
en lo alto de una torre...
donde el reloj puede quedar cubierto
de excremento de murciélago, grasa vieja,
hielo, nieve, este tipo de pegote,

que todo el mundo vio
que iba a ser un problema

con este reloj en particular.

Un abogado llamado Grimshaw
salvó el día.

Este es uno de los brazos de la paleta.

En lugar de fijarlo al péndulo

como en el reloj de Graham,
sólo lo toca vía estas dos barras horizontales
abajo a la izquierda.

Eso deja que el brazo de la paleta caiga

para capturar al volante
por su propio peso,

de modo que no hay conexión fija
para complicar las cosas.

Esto es a prueba de fallas

que es por lo que usted
va a oír a continuación,

es preciso hasta una quinta parte
de un segundo.

Bueno, espero que usted sepa ya
cuál es el reloj al que me refiero:

Éste.

El Big Ben en el Parlamento gracias al film plástico.

Bien, supongo que ya es hora
de cubrir esto.

Adiós.