Mecánica Cuántica: animación explicando física cuántica. by Eugene Khutoryansky Lyrics
El experimento siguiente explica los fundamentos de la Mecánica Cuántica.
Supongamos que tenemos una tapia con dos agujeros.
Imaginemos que lanzamos canicas hacia la pared, una canica cada vez.
Al otro lado de la pared hay una cortina.
Cada vez que la canica alcanza la cortina, se marca donde pegó.
Según las canicas dan en la cortina varias veces en el mismo sitio, hacemos la raya roja más oscura.
Algunas canicas pasan por los agujeros rebotando en ángulo,
Pero la mayoría de las canicas que pasan por los agujeros continúan en linea recta.
Al cabo de un rato, habrá muchas rayas rojas еn la cortina.
Las marcas más oscuras estarán directamentе tras los agujeros.
Ahora, supongamos que los dos agujeros son muy estrechos. Supongamos que la canica es muy pequeña.
Así, el resultado es muy distinto.
Se genera un patrón de barras.
Las canicas nunca dan en la cortina en zonas entre las barras.
Todas las partículas del universo generan un patrón de barras, siempre que las partículas y las barras sean suficientemente pequeñas.
No importa cuántas veces se repita este experimento, ni qué tipo de objeto se use en vez de las canicas, el resultado es el mismo.
Solamente hay un fenómeno conocido que pueda explicar esto:
¡Ondas!.
Cuando una onda pasa por un orificio, se expande en el otro lado.
Si hay dos agujeros se generan dos ondas.
Cuando hay dos ondas, interactúan una con otra,
En unas zonas se refuerzan una a otra, en otras se anulan una a otra.
Esto produce un patrón de rayas.
Exactamente el mismo tipo de patrón que vimos antes.
Esto significa que en realidad, todos los objetos se comportan como ondas.
Pero si todos los objetos se comportan como ondas
¿Por qué no se observa un patrón de rayas con las canicas grandes?.
Los objetos grandes tienen mucha más energía que los pequeños.
Las ondas de más energía tienen una frecuencia más alta.
Cuando unas ondas de mayor energía interactúan una con otra, el patrón es distinto.
Los objetos grandes tienen más energía, y por tanto se comportan como ondas de mayor frecuencia.
Por eso los objetos grandes no producen un patrón de barras, pero los objetos pequeños sí lo hacen.
Aunque sigue habiendo una dificultad.
Para que una onda genere un patrón de barras, debe pasar simultáneamente por ambos agujeros, de forma que habrá dos ondas nuevas que interactuarán una con otra.
Pero tiramos canicas hacia la pared de una en una.
Esto significa que cada canica debe pasar simultáneamente por ambos agujeros para producir un patrón de barras.
Veamos qué pasa si tapamos uno de los agujeros.
¡Desaparece al patrón de barras!.
Ahora la mayoría de las marcas quedan directamente tras el único agujero abierto.
Tapemos ahora el otro agujero.
Otra vez, las líneas más oscuras quedan tras el único agujero abierto.
Pero si destapamos ambos agujeros, reaparece el patrón de barras.
Las zonas donde hubo impactos muchas veces cuando uno de los agujeros estaba tapado ahora nunca reciben impactos.
Esto quiere decir que cada canica debe pasar a la vez por los dos agujeros para que se genere un patrón de barras (interferencial).
Veámoslo, pero poniendo un detector delante de cada agujero.
Se espera que ambos detectores indiquen a la vez que la canica pasa por ahí.
Pero no pasa eso.
Cada canica pasa por un detector o por el otro, pero nunca a través de ambos.
Además, al colocar detectores delante de los agujeros, el patrón de barras desaparece.
Ahora, las líneas más oscuras quedan directamente al otro lado de los dos agujeros, como cuando tapábamos un agujero cada vez.
Probemos a poner un detector solo delante de uno de los dos agujeros.
Resulta que tener sólo un detector tiene el mismo efecto que tener dos detectores
y hace que desaparezca el patrón de barras.
todo intento de descubrir a través de qué agujero pasa la canica fuerza
a la canica a pasar por un agujero o por el otro, no por los dos.
Un detector tiene el mismo efecto que dos porque una vez que se sabe si la canica ha pasado por un agujero, sabemos automáticamente si pasó o no por el otro.
La canica pasa por los dos agujeros sólo cuando no se intenta saber por qué agujero pasó.
pero si intentamos saberlo, la canica pasa solo por uno u otro agujero.
¿Y si ponemos detectores delante de los dos agujeros, cerramos los ojos y no miramos?.
No sabemos a ciencia cierta qué pasa cuando no estamos mirando,
pero sabemos lo que dicen las matemáticas que describen las ondas.
cuando las ondas pasan a través de un detector
se alteran las ondas de forma que ya no interactúan una con otra.
esto significa que el patrón de barras desaparecerá, aunque no lo estemos mirando.
los detectores mismos harán que esto suceda
sin embargo, las matemáticas dicen también que cada onda sigue pasando a la vez por ambos agujeros, incluso estando los detectores.
pero cuando abrimos los ojos para mirar, siempre vemos
al detector indicando que la canica pasó a través de un sólo agujero o del otro, nunca por los dos.
cada onda sigue pasando simultáneamente por ambos agujeros
incluso habiendo detectores.
pero al abrir los ojos y mirar, siempre vemos al detector que indica que
la canica pasó por un agujero o por otro, nunca a través de ambos.
esto significa que la 'canica’ debe ser algo más que una simple onda.
la onda describe sólo la probabilidad de dónde veremos la canica cuando la miramos.
la probabilidad de que la canica esté en un determinado lugar la da la amplitud de la onda.
cuanto mayor sea la amplitud de la onda en un punto concreto
más probabilidades hay de que al mirar veamos la onda ahí.
esto quiere decir que nunca podemos saber a la vez la situación y el impulso de un objeto.
Antes de que la onda llegue al detector
sabemos en qué dirección está el impulso
pero no sabemos nada sobre la posición del objeto.
En cuanto vemos que la canica llega al detector
sabemos exactamente en qué posición está,
pero no sabemos nada sobre la dirección del impulso.
No sólo no podemos medir a la vez la posición y el impulso de un objeto
sino que el objeto no tiene una posición o impulso específicos hasta que se les observa.
si la canica tuviese siempre una posición específica
la canica no podría pasar a la vez por ambos agujeros,
algo que es necesario para generar el patrón de barras.
Pero si todos los objetos son sólo una onda de probabilidades hasta que los observamos
quiere decir que los detectores y todos los objetos con los que las canicas interactúan son también una onda de probabilidades.
supongamos que ponemos un objeto detrás de cada agujero.
la canica derribará uno de los dos objetos, según por qué agujero pase.
si cerramos los ojos y no miramos, la onda de probabilidades pasa por ambos agujeros, y el que caiga cada objeto se convierte también en una onda de probabilidades.
Igual que cada canica pasa a la vez por ambos agujeros, cada objeto está a la vez de pie y derribado.
no importa cuánto se espere después de que las canicas hayan dado en los objetos, cada objeto seguirá teniendo probabilidades de seguir de pie y cada objeto seguirá teniendo una probabilidad de estar derribado.
Según las matemáticas que describen las ondas de probabilidad, no hay seguridad de ninguno de los dos resultados.
solamente al abrir los ojos y mirar vemos un resultado o el otro.
no es solamente que no sepamos el resultado hasta mirar.
parece que incluso el propio universo no sabe que objeto sigue en pie, hasta que abrimos los ojos y observamos el resultado.
para explicar por qué es ese el caso, y qué significa esto sobre la naturaleza fundamental de nuestro universo, hablemos del spin.
la dirección del giro de una partícula se puede describir con una flecha imaginaria.
Partículas que giren en direcciones opuestas tendrán fechas apuntando a direcciones opuestas.
Las partículas son demasiado diminutas para ver el spin con nuestros propios ojos.
pero podemos construir detectores que nos digan si el spin es en dirección de la placa roja
o en dirección a la placa azul.
Supongamos que ya sabemos el spin de una partícula por anticipado
puesto que lo hemos medido antes, y alineamos el detector con esa dirección.
el detector nos dará siempre el mismo resultado que medimos antes.
Pero si el spin que medimos antes no está en la misma dirección del detector,
el acto de medir el spin acaba cambiándolo.
no es posible medir a la vez el spin de una partícula en más de una dirección.
si queremos saber la dirección del spin en la horizontal, hace falta girar el detector.
Pero ¿Quiere decir eso que el universo no sabe lo que hace un objeto hasta que no lo observamos?.
La respuesta está en el hecho de que podemos generar pares de partículas que giren siempre en direcciones opuestas
si se alinean ambos detectores en la misma dirección.
cuando se mide que el spin de una partícula es hacia la placa roja,
el spin de su asociada se mide siempre que es hacia la placa azul.
Esto es cierto el 100% de las veces.
Esto sigue siendo cierto la gran mayoría de las veces si desparejamos los detectores en 45 grados.
Esto se sabe por experimentos.
Si decalamos los detectores 45 grados
cuando el spin de una partícula es hacia la placa roja,
el spin de su asociada será hacia la placa azul
la gran mayoría del tiempo.
'Gran mayoría' significa 85% de las veces.
Supongamos que los dos detectores están perfectamente alineados uno con el otro, y que ambos están en posición diagonal.
¿Sabe el universo por anticipado que la primera partícula se medirá que está hacia la placa roja,
y que por tanto, el spin de la segunda partícula estará hacia la placa azul?.
si el universo sabe por anticipado que el spin de la segunda partícula estará hacia la placa azul, eso quiere decir que el universo debe saber que el spin de la primera estará probablemente hacia la placa roja,
incluso si girásemos el detector 45 grados, a la posición vertical u horizontal.
Por tanto, si el universo sabe por anticipado los resultados de la observación en diagonal,
el universo sabrá también que si un detector se gira la posición vertical
y el otro detector se gira a la posición horizontal,
probablemente las dos partículas estarán girando en direcciones opuestas.
pero al hacer el experimento en la práctica eso no sucede.
Cuando se decalan los dos detectores en 90 grados,
no hay correlación entre los spin medidos de ambas partículas.
cuando se decalan los dos detectores en 90 grados,
hay las mismas probabilidades de que los spin de las dos partículas resulten en la misma dirección o en direcciones opuestas.
Por tanto, si empezamos asumiendo que el universo sabe por anticipado los resultados de las mediciones, lleva a una contradicción.
Asumir que el universo sabe las respuestas por anticipado implica que
la mayoría de las veces, el spin vertical medido para una partícula debe estar en dirección opuesta al spin horizontal medido de la segunda partícula.
Pero sabemos que ese no es el caso,
La consecuencia aparente es que el universo no puede saber anticipadamente cual será la medición del spin, y el universo se percata solo al observar realmente el spin.
La inferencia aparente es también que al medir el spin de una partícula, envía un mensaje instantáneo a su asociada, para que gire en la dirección opuesta.
si cada partícula solo se percata de en qué dirección gira al observarla,
necesitamos ese mensaje instantáneo de una partícula a otra
a fin de asegurar que las dos partículas siempre decidirán girar en direcciones opuestas si se alinean los detectores.
Esto es cierto por más lejos que se hayan separado las partículas una de otra
Incluso si esperamos a que las dos partículas estén en extremos opuestos del universo antes de hacer la observación,
parece que el mensaje instantáneo sigue sucediendo.
Hasta que no observamos las partículas, sus spin no son más que probabilidades.
Pero sólo tenemos que observar una de las dos partículas para que ambas decidan simultáneamente la dirección del spin.
si todo en el universo se compone de esas partículas, incluyendo a los propios detectores.
los detectores no son más que una probabilidad hasta que se les observa.
Según las matemáticas que describen las probabilidades de las partículas,
no es el paso por el detector lo que hace que el spin de la partícula decida girar en una dirección u otra.
El pasar por el detector traba el detector a la partícula, igual que las partículas están imbricadas una a otra.
en el momento en que miramos al detector, parece que envía un mensaje instantáneo a la partícula,
así, la medición del detector concordará con el spin de la partícula.
Es la misma forma en que las dos partículas parecen enviar mensajes instantáneos una a otra.
Hay muchas posibles explicaciones sobre lo que esté pasando realmente, y cómo interpretar los resultados, y esto es objeto de intensos debates.
Pero si verdaderamente tenemos este tipo de mensajes instantáneos, que incluso son más rápidos que la velocidad de la luz,
esto produce una interesante situación con la teoría de la relatividad de Einstein.
Según la Teoría de la Relatividad de Einstein,
diferentes observadores discreparán sobre cual de los eventos tuvo lugar antes,
y ninguno de los observadores está mas en lo cierto que otro.
Desde el punto de vista de uno de los observadores, se observa primero la partícula de la derecha
e hizo que la partícula de la izquierda cambiase su spin.
Desde otro punto de vista, se observó primero la partícula de la izquierda
e hizo que la partícula de la derecha cambiase su spin.
Por tanto, no podemos saber siquiera cual de los eventos es la causa, y cuál de estos es efecto,
puesto que ambos puntos de vista son igualmente válidos.
De hecho, según la Mecánica Cuántica, no podemos saber ni qué partícula es cada una.
Supongamos que tenemos dos partículas en un envase.
Cada partícula no tiene su propia onda de probabilidad.
Existe sólo una onda de probabilidad, que describe la probabilidad de medir las dos partículas en todas las combinaciones de posiciones posibles.
La probabilidad de que la partícula 1 esté en una posición y la partícula 2 en otra posición es exactamente igual que la probabilidad de que las dos partículas estén en posiciones intercambiadas.
Por tanto, no podemos saber ni siquiera si una partícula que estamos observando es la misma partícula que medimos anteriormente.
Si imaginamos nuestro envase como el universo entero, esto implicaría que el universo consiste en solamente una onda de probabilidad, que gobierna la probabilidad de todas las partículas que existen.
Pero si nosotros estamos hechos de exactamente las mismas partículas
¿Por qué el acto de cualquiera de nosotros observando algo es tan fundamentalmente distinto de todo lo demás del universo?
Este es uno de los grandes misterios científicos y filosóficos sin resolver de todos los tiempos.
Supongamos que tenemos una tapia con dos agujeros.
Imaginemos que lanzamos canicas hacia la pared, una canica cada vez.
Al otro lado de la pared hay una cortina.
Cada vez que la canica alcanza la cortina, se marca donde pegó.
Según las canicas dan en la cortina varias veces en el mismo sitio, hacemos la raya roja más oscura.
Algunas canicas pasan por los agujeros rebotando en ángulo,
Pero la mayoría de las canicas que pasan por los agujeros continúan en linea recta.
Al cabo de un rato, habrá muchas rayas rojas еn la cortina.
Las marcas más oscuras estarán directamentе tras los agujeros.
Ahora, supongamos que los dos agujeros son muy estrechos. Supongamos que la canica es muy pequeña.
Así, el resultado es muy distinto.
Se genera un patrón de barras.
Las canicas nunca dan en la cortina en zonas entre las barras.
Todas las partículas del universo generan un patrón de barras, siempre que las partículas y las barras sean suficientemente pequeñas.
No importa cuántas veces se repita este experimento, ni qué tipo de objeto se use en vez de las canicas, el resultado es el mismo.
Solamente hay un fenómeno conocido que pueda explicar esto:
¡Ondas!.
Cuando una onda pasa por un orificio, se expande en el otro lado.
Si hay dos agujeros se generan dos ondas.
Cuando hay dos ondas, interactúan una con otra,
En unas zonas se refuerzan una a otra, en otras se anulan una a otra.
Esto produce un patrón de rayas.
Exactamente el mismo tipo de patrón que vimos antes.
Esto significa que en realidad, todos los objetos se comportan como ondas.
Pero si todos los objetos se comportan como ondas
¿Por qué no se observa un patrón de rayas con las canicas grandes?.
Los objetos grandes tienen mucha más energía que los pequeños.
Las ondas de más energía tienen una frecuencia más alta.
Cuando unas ondas de mayor energía interactúan una con otra, el patrón es distinto.
Los objetos grandes tienen más energía, y por tanto se comportan como ondas de mayor frecuencia.
Por eso los objetos grandes no producen un patrón de barras, pero los objetos pequeños sí lo hacen.
Aunque sigue habiendo una dificultad.
Para que una onda genere un patrón de barras, debe pasar simultáneamente por ambos agujeros, de forma que habrá dos ondas nuevas que interactuarán una con otra.
Pero tiramos canicas hacia la pared de una en una.
Esto significa que cada canica debe pasar simultáneamente por ambos agujeros para producir un patrón de barras.
Veamos qué pasa si tapamos uno de los agujeros.
¡Desaparece al patrón de barras!.
Ahora la mayoría de las marcas quedan directamente tras el único agujero abierto.
Tapemos ahora el otro agujero.
Otra vez, las líneas más oscuras quedan tras el único agujero abierto.
Pero si destapamos ambos agujeros, reaparece el patrón de barras.
Las zonas donde hubo impactos muchas veces cuando uno de los agujeros estaba tapado ahora nunca reciben impactos.
Esto quiere decir que cada canica debe pasar a la vez por los dos agujeros para que se genere un patrón de barras (interferencial).
Veámoslo, pero poniendo un detector delante de cada agujero.
Se espera que ambos detectores indiquen a la vez que la canica pasa por ahí.
Pero no pasa eso.
Cada canica pasa por un detector o por el otro, pero nunca a través de ambos.
Además, al colocar detectores delante de los agujeros, el patrón de barras desaparece.
Ahora, las líneas más oscuras quedan directamente al otro lado de los dos agujeros, como cuando tapábamos un agujero cada vez.
Probemos a poner un detector solo delante de uno de los dos agujeros.
Resulta que tener sólo un detector tiene el mismo efecto que tener dos detectores
y hace que desaparezca el patrón de barras.
todo intento de descubrir a través de qué agujero pasa la canica fuerza
a la canica a pasar por un agujero o por el otro, no por los dos.
Un detector tiene el mismo efecto que dos porque una vez que se sabe si la canica ha pasado por un agujero, sabemos automáticamente si pasó o no por el otro.
La canica pasa por los dos agujeros sólo cuando no se intenta saber por qué agujero pasó.
pero si intentamos saberlo, la canica pasa solo por uno u otro agujero.
¿Y si ponemos detectores delante de los dos agujeros, cerramos los ojos y no miramos?.
No sabemos a ciencia cierta qué pasa cuando no estamos mirando,
pero sabemos lo que dicen las matemáticas que describen las ondas.
cuando las ondas pasan a través de un detector
se alteran las ondas de forma que ya no interactúan una con otra.
esto significa que el patrón de barras desaparecerá, aunque no lo estemos mirando.
los detectores mismos harán que esto suceda
sin embargo, las matemáticas dicen también que cada onda sigue pasando a la vez por ambos agujeros, incluso estando los detectores.
pero cuando abrimos los ojos para mirar, siempre vemos
al detector indicando que la canica pasó a través de un sólo agujero o del otro, nunca por los dos.
cada onda sigue pasando simultáneamente por ambos agujeros
incluso habiendo detectores.
pero al abrir los ojos y mirar, siempre vemos al detector que indica que
la canica pasó por un agujero o por otro, nunca a través de ambos.
esto significa que la 'canica’ debe ser algo más que una simple onda.
la onda describe sólo la probabilidad de dónde veremos la canica cuando la miramos.
la probabilidad de que la canica esté en un determinado lugar la da la amplitud de la onda.
cuanto mayor sea la amplitud de la onda en un punto concreto
más probabilidades hay de que al mirar veamos la onda ahí.
esto quiere decir que nunca podemos saber a la vez la situación y el impulso de un objeto.
Antes de que la onda llegue al detector
sabemos en qué dirección está el impulso
pero no sabemos nada sobre la posición del objeto.
En cuanto vemos que la canica llega al detector
sabemos exactamente en qué posición está,
pero no sabemos nada sobre la dirección del impulso.
No sólo no podemos medir a la vez la posición y el impulso de un objeto
sino que el objeto no tiene una posición o impulso específicos hasta que se les observa.
si la canica tuviese siempre una posición específica
la canica no podría pasar a la vez por ambos agujeros,
algo que es necesario para generar el patrón de barras.
Pero si todos los objetos son sólo una onda de probabilidades hasta que los observamos
quiere decir que los detectores y todos los objetos con los que las canicas interactúan son también una onda de probabilidades.
supongamos que ponemos un objeto detrás de cada agujero.
la canica derribará uno de los dos objetos, según por qué agujero pase.
si cerramos los ojos y no miramos, la onda de probabilidades pasa por ambos agujeros, y el que caiga cada objeto se convierte también en una onda de probabilidades.
Igual que cada canica pasa a la vez por ambos agujeros, cada objeto está a la vez de pie y derribado.
no importa cuánto se espere después de que las canicas hayan dado en los objetos, cada objeto seguirá teniendo probabilidades de seguir de pie y cada objeto seguirá teniendo una probabilidad de estar derribado.
Según las matemáticas que describen las ondas de probabilidad, no hay seguridad de ninguno de los dos resultados.
solamente al abrir los ojos y mirar vemos un resultado o el otro.
no es solamente que no sepamos el resultado hasta mirar.
parece que incluso el propio universo no sabe que objeto sigue en pie, hasta que abrimos los ojos y observamos el resultado.
para explicar por qué es ese el caso, y qué significa esto sobre la naturaleza fundamental de nuestro universo, hablemos del spin.
la dirección del giro de una partícula se puede describir con una flecha imaginaria.
Partículas que giren en direcciones opuestas tendrán fechas apuntando a direcciones opuestas.
Las partículas son demasiado diminutas para ver el spin con nuestros propios ojos.
pero podemos construir detectores que nos digan si el spin es en dirección de la placa roja
o en dirección a la placa azul.
Supongamos que ya sabemos el spin de una partícula por anticipado
puesto que lo hemos medido antes, y alineamos el detector con esa dirección.
el detector nos dará siempre el mismo resultado que medimos antes.
Pero si el spin que medimos antes no está en la misma dirección del detector,
el acto de medir el spin acaba cambiándolo.
no es posible medir a la vez el spin de una partícula en más de una dirección.
si queremos saber la dirección del spin en la horizontal, hace falta girar el detector.
Pero ¿Quiere decir eso que el universo no sabe lo que hace un objeto hasta que no lo observamos?.
La respuesta está en el hecho de que podemos generar pares de partículas que giren siempre en direcciones opuestas
si se alinean ambos detectores en la misma dirección.
cuando se mide que el spin de una partícula es hacia la placa roja,
el spin de su asociada se mide siempre que es hacia la placa azul.
Esto es cierto el 100% de las veces.
Esto sigue siendo cierto la gran mayoría de las veces si desparejamos los detectores en 45 grados.
Esto se sabe por experimentos.
Si decalamos los detectores 45 grados
cuando el spin de una partícula es hacia la placa roja,
el spin de su asociada será hacia la placa azul
la gran mayoría del tiempo.
'Gran mayoría' significa 85% de las veces.
Supongamos que los dos detectores están perfectamente alineados uno con el otro, y que ambos están en posición diagonal.
¿Sabe el universo por anticipado que la primera partícula se medirá que está hacia la placa roja,
y que por tanto, el spin de la segunda partícula estará hacia la placa azul?.
si el universo sabe por anticipado que el spin de la segunda partícula estará hacia la placa azul, eso quiere decir que el universo debe saber que el spin de la primera estará probablemente hacia la placa roja,
incluso si girásemos el detector 45 grados, a la posición vertical u horizontal.
Por tanto, si el universo sabe por anticipado los resultados de la observación en diagonal,
el universo sabrá también que si un detector se gira la posición vertical
y el otro detector se gira a la posición horizontal,
probablemente las dos partículas estarán girando en direcciones opuestas.
pero al hacer el experimento en la práctica eso no sucede.
Cuando se decalan los dos detectores en 90 grados,
no hay correlación entre los spin medidos de ambas partículas.
cuando se decalan los dos detectores en 90 grados,
hay las mismas probabilidades de que los spin de las dos partículas resulten en la misma dirección o en direcciones opuestas.
Por tanto, si empezamos asumiendo que el universo sabe por anticipado los resultados de las mediciones, lleva a una contradicción.
Asumir que el universo sabe las respuestas por anticipado implica que
la mayoría de las veces, el spin vertical medido para una partícula debe estar en dirección opuesta al spin horizontal medido de la segunda partícula.
Pero sabemos que ese no es el caso,
La consecuencia aparente es que el universo no puede saber anticipadamente cual será la medición del spin, y el universo se percata solo al observar realmente el spin.
La inferencia aparente es también que al medir el spin de una partícula, envía un mensaje instantáneo a su asociada, para que gire en la dirección opuesta.
si cada partícula solo se percata de en qué dirección gira al observarla,
necesitamos ese mensaje instantáneo de una partícula a otra
a fin de asegurar que las dos partículas siempre decidirán girar en direcciones opuestas si se alinean los detectores.
Esto es cierto por más lejos que se hayan separado las partículas una de otra
Incluso si esperamos a que las dos partículas estén en extremos opuestos del universo antes de hacer la observación,
parece que el mensaje instantáneo sigue sucediendo.
Hasta que no observamos las partículas, sus spin no son más que probabilidades.
Pero sólo tenemos que observar una de las dos partículas para que ambas decidan simultáneamente la dirección del spin.
si todo en el universo se compone de esas partículas, incluyendo a los propios detectores.
los detectores no son más que una probabilidad hasta que se les observa.
Según las matemáticas que describen las probabilidades de las partículas,
no es el paso por el detector lo que hace que el spin de la partícula decida girar en una dirección u otra.
El pasar por el detector traba el detector a la partícula, igual que las partículas están imbricadas una a otra.
en el momento en que miramos al detector, parece que envía un mensaje instantáneo a la partícula,
así, la medición del detector concordará con el spin de la partícula.
Es la misma forma en que las dos partículas parecen enviar mensajes instantáneos una a otra.
Hay muchas posibles explicaciones sobre lo que esté pasando realmente, y cómo interpretar los resultados, y esto es objeto de intensos debates.
Pero si verdaderamente tenemos este tipo de mensajes instantáneos, que incluso son más rápidos que la velocidad de la luz,
esto produce una interesante situación con la teoría de la relatividad de Einstein.
Según la Teoría de la Relatividad de Einstein,
diferentes observadores discreparán sobre cual de los eventos tuvo lugar antes,
y ninguno de los observadores está mas en lo cierto que otro.
Desde el punto de vista de uno de los observadores, se observa primero la partícula de la derecha
e hizo que la partícula de la izquierda cambiase su spin.
Desde otro punto de vista, se observó primero la partícula de la izquierda
e hizo que la partícula de la derecha cambiase su spin.
Por tanto, no podemos saber siquiera cual de los eventos es la causa, y cuál de estos es efecto,
puesto que ambos puntos de vista son igualmente válidos.
De hecho, según la Mecánica Cuántica, no podemos saber ni qué partícula es cada una.
Supongamos que tenemos dos partículas en un envase.
Cada partícula no tiene su propia onda de probabilidad.
Existe sólo una onda de probabilidad, que describe la probabilidad de medir las dos partículas en todas las combinaciones de posiciones posibles.
La probabilidad de que la partícula 1 esté en una posición y la partícula 2 en otra posición es exactamente igual que la probabilidad de que las dos partículas estén en posiciones intercambiadas.
Por tanto, no podemos saber ni siquiera si una partícula que estamos observando es la misma partícula que medimos anteriormente.
Si imaginamos nuestro envase como el universo entero, esto implicaría que el universo consiste en solamente una onda de probabilidad, que gobierna la probabilidad de todas las partículas que existen.
Pero si nosotros estamos hechos de exactamente las mismas partículas
¿Por qué el acto de cualquiera de nosotros observando algo es tan fundamentalmente distinto de todo lo demás del universo?
Este es uno de los grandes misterios científicos y filosóficos sin resolver de todos los tiempos.